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Investigar los suelos, clave de la seguridad alimentaria

La ciencia aplicada al campo es esencial para generar e identificar y validar las prácticas y tecnologías más adecuadas que permitan conservar los suelos, recurso invaluable para la subsistencia de la humanidad.

Estudiantes de agronomía desarrollando proyectos de investigación en la plataforma de investigación Villacorzo, en Chiapas, México. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Estudiantes de agronomía desarrollando proyectos de investigación en la plataforma de investigación Villacorzo, en Chiapas, México. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

El Día Mundial del Suelo, que se conmemora cada 5 de diciembre, es una oportunidad para reflexionar sobre la interconexión vital entre el suelo y el agua, fuentes esenciales para la supervivencia en nuestro planeta. Con más del 95% de nuestros alimentos provenientes de estos recursos fundamentales, su salud y gestión responsable son críticas para asegurar sistemas agroalimentarios sostenibles y resilientes.

En este contexto, la iniciativa global Excellence in Agronomy (EiA) se presenta como una fuerza impulsora en la búsqueda de soluciones a algunos de los mayores desafíos agrícolas de nuestro tiempo. Impulsada por CGIAR —consorcio de centros de investigación internacionales del que forma parte CIMMYT—, EiA reúne a más de 100 expertos, incluyendo agrónomos, científicos del clima y socioeconomistas, provenientes de 10 Centros de CGIAR.

La iniciativa aborda una variedad de desafíos clave, desde mejorar la salud del suelo y la resiliencia climática hasta optimizar el uso de recursos y ayudar a los agricultores a obtener rendimientos más altos y rentables. Su enfoque holístico se centra en las necesidades reales de los agricultores, reconociendo las complejidades de las decisiones que enfrentan temporada tras temporada.

En América Latina, México desempeña un papel crucial en esta iniciativa. Las plataformas de investigación distribuidas por el país, parte de la Red Latinoamericana de Investigación Agronómica (RedAgAL), proporcionan información valiosa para abordar los desafíos específicos de la región. La colaboración entre instituciones de investigación, empresas locales y organizaciones de agricultores es fundamental para el éxito de EiA.

La conexión entre la investigación agronómica y las necesidades de los agricultores es un principio fundamental de EiA, de ahí la importancia de centrarse en las necesidades prácticas de los agricultores y cómo enfrentan fenómenos como el cambio climático.

La iniciativa no se limita a un solo continente; trabaja globalmente, con presencia en Asia, África y América Latina. En esta última, colabora con tres centros de investigación CGIAR: el Centro Internacional de la Papa (CIP) de Perú; la Alianza de Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) de Colombia; y CIMMYT de México.

En este sentido, la reciente creación de la RedAgAL marca un hito en la colaboración regional, estableciendo formalmente una red que comparte aprendizajes sobre la apropiación social del conocimiento científico, especialmente en entornos multiculturales y con énfasis en jóvenes y mujeres.

En el Día Mundial del Suelo 2023, Excellence in Agronomy refuerza su compromiso con la transformación sustentable de los sistemas de producción, buscando impactos medibles en la seguridad alimentaria, los ingresos, el uso de los recursos, la salud del suelo y la resiliencia climática, recordándonos además que el suelo, lejos de ser un recurso inerte, es un ecosistema complejo, por lo que su conservación mediante prácticas agrícolas sustentables, como la diversificación de cultivos y la cobertura con residuos agrícolas, es esenciales para asegurar la seguridad alimentaria de toda la humanidad.

En un mundo donde más de la mitad de la tierra utilizada para la agricultura está moderada o severamente degradada, la investigación y las iniciativas como Excellence in Agronomy son cruciales para abordar los desafíos presentes y futuros. La comunidad global debe unirse en la promoción de prácticas agrícolas sustentables, reconociendo que la salud del suelo es la base para alimentar a una población en crecimiento y construir un futuro sostenible.