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Don Alberto y la milpa que florece con conocimiento

En el ejido Filomeno Mata, don Alberto Kauil Poot transforma su milpa tradicional con prácticas sustentables e innovadoras, como parte del proyecto Seguridad alimentaria y nutricional para comunidades rurales del Estado de Quintana Roo, impulsado por el Gobierno del Estado en colaboración con el CIMMYT.

Don Alberto Cabil Pot cultiva su milpa con prácticas sustentables en el ejido Filomeno Mata, como parte del proyecto impulsado por el Gobierno de Quintana Roo y el CIMMYT. (Foto: Jenifer Morales/CIMMYT)
Don Alberto Kauil Poot cultiva su milpa con prácticas sustentables en el ejido Filomeno Mata, como parte del proyecto impulsado por el Gobierno de Quintana Roo y el CIMMYT. (Foto: Jenifer Morales/CIMMYT)

En el corazón del ejido Filomeno Mata, bajo el sol que acaricia la tierra fértil del sur, don Alberto Kauil Poot camina con paso firme entre los surcos de su milpa. Desde hace más de treinta años cultiva el campo como lo hicieron sus padres y abuelos: con respeto, paciencia y sabiduría heredada. Pero algo cambió. Hoy, entre las calabazas, los frijoles, los ibes y el maíz, también germina la esperanza de una agricultura más productiva y sostenible.

Don Alberto fue invitado a participar en un proyecto impulsado por el CIMMYT, con el acompañamiento de personas como Vladimir May Tzun, coordinador del Hub Península de Yucatán del CIMMYT, y Eugenio Telles Mejía, coordinador técnico del Hub Península de Yucatán. Al principio, como muchos, dudó. ¿Cómo cambiar lo que siempre se ha hecho? Pero la curiosidad y las ganas de aprender pesaron más. «Este proyecto me ha gustado mucho porque vemos resultados», dice con entusiasmo.

La milpa tradicional es mucho más que una técnica: es identidad, memoria y comunidad. Por eso, los cambios no llegaron para borrar el pasado, sino para honrarlo y hacerlo florecer. Con nuevas prácticas, don Alberto ha aprendido a aprovechar mejor la tierra. «Nos enseñaron que una hectárea puede producir lo que antes hacíamos con tres o cuatro. Así no tenemos que tumbar árboles», explica, con la mirada puesta en un futuro donde cuidar el monte y producir alimentos no sean caminos opuestos.

En cada visita, don Alberto comparte lo que sabe, y recibe a cambio herramientas para enfrentar plagas, mejorar los cultivos y planificar la siembra. Él mismo lo cuenta con humildad: «Antes no conocía las medicinas para el espelón, pero ya aprendí qué ponerle cuando le entra plaga».

Don Alberto Cabil Pot (segundo desde la izquierda) junto a su padre y sus hijos, con quienes comparte el trabajo y el aprendizaje en la milpa del ejido Filomeno Mata. (Foto: Jenifer Morales/CIMMYT)
Don Alberto Kauil Poot (segundo desde la izquierda) junto a su padre y sus hijos, con quienes comparte el trabajo y el aprendizaje en la milpa del ejido Filomeno Mata. (Foto: Jenifer Morales/CIMMYT)

La voz le tiembla de la emoción cuando habla de su familia. Sus hijos ya se han sumado a las labores del campo, que han aprendido junto a él. “Les digo que este proyecto es bueno, que nos está enseñando. Es conocimiento que va a quedar con nosotros, incluso cuando los ingenieros ya no estén”, reflexiona.

Don Alberto ha intentado contagiar su entusiasmo. Ha invitado a sus vecinos, ha compartido lo que aprende. Aunque algunos no llegaron a tiempo a las reuniones, otros ya empiezan a notar que sus elotes no lucen como los suyos. “Me preguntan qué le puse, y les digo: es que estoy trabajando con personas del CIMMYT”, dice con una sonrisa que mezcla orgullo y gratitud.

Y antes de cerrar la conversación, lanza una invitación que nace del corazón: “Me gustaría que todos participen. Aquí no trabajamos con arado, hacemos milpa tradicional. Pero este proyecto nos está mostrando cómo producir mejor, sin perder quiénes somos”.

Esta historia es parte del trabajo que se impulsa dentro del proyecto Seguridad alimentaria y nutricional para comunidades rurales del Estado de Quintana Roo, una colaboración entre el Gobierno del Estado y el CIMMYT que demuestra que, cuando la tradición se encuentra con la innovación, el campo florece con más fuerza.