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Asegurar maíz inocuo: ciencia colaborativa contra las aflatoxinas

Desde el laboratorio hasta el campo, recientes investigaciones ofrecen nuevas evidencias y soluciones para reducir la exposición a aflatoxinas en México, entre las que destacan prácticas y tecnologías impulsadas por el CIMMYT.

Mazorca de maíz con signos visibles de contaminación por aflatoxinas, provocada por el hongo Aspergillus flavus. (Ilustración: IA)
Mazorca de maíz con signos visibles de contaminación por aflatoxinas, provocada por el hongo Aspergillus flavus. (Ilustración: IA)

Las aflatoxinas —toxinas naturales producidas por ciertos hongos— representan una amenaza silenciosa para la salud pública y la seguridad alimentaria, especialmente en granos básicos como el maíz. En México, donde este cultivo es un pilar nutricional y cultural, reducir su contaminación no es solo una prioridad científica, sino también un acto de justicia alimentaria.

Recientemente, estudios relevantes en los que ha participado y liderado el CIMMYT, respectivamente, han reforzado esta urgencia y han mostrado caminos para abordarla desde la ciencia colaborativa. Ambos trabajos —uno de enfoque epidemiológico y otro agronómico— coinciden en un punto central: asegurar maíz inocuo requiere actuar tanto sobre los sistemas de producción como sobre las cadenas de consumo.

En un artículo publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, un equipo liderado por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), con participación del CIMMYT y la Universidad Johns Hopkins, encontró una asociación entre el consumo de tortillas de masa casera y niveles elevados de biomarcadores de aflatoxina en sangre en adultos mexicanos del sur y oriente del país.

Aunque los autores señalan que el estudio no establece relaciones causales, los resultados refuerzan la necesidad de mejorar el monitoreo y las estrategias de mitigación en torno al maíz. “Los niveles de exposición varían debido a múltiples factores, incluyendo el origen del grano, las condiciones de almacenamiento y la variabilidad estacional”, explicó Natalia Palacios, investigadora del CIMMYT y coautora del estudio. “Aun así, la evidencia indica que necesitamos fortalecer nuestras acciones para proteger la salud pública sin perder de vista la importancia cultural y nutricional del maíz”.

Este hallazgo es particularmente relevante si se considera que el consumo per cápita estimado de maíz en México es de 120 kilogramos por año (267 gramos diarios) y que puede aportar hasta el 20% de la energía alimentaria diaria. En muchas regiones rurales, la elaboración de masa casera con maíz almacenado sin condiciones óptimas es una práctica común.

Frente a esta problemática, otra investigación reciente liderada por el CIMMYT y publicada en la revista Biological Control ofrece un enfoque prometedor. El estudio, realizado entre 2019 y 2022, reveló que al combinar el biocontrol AF36-Prevail® con híbridos de maíz adaptados a las condiciones locales, se logró reducir la contaminación por aflatoxinas hasta en un 89.9 %, manteniendo al mismo tiempo buenos rendimientos.

En total, se analizaron 1,479 muestras de grano de 69 sitios experimentales, detalla el equipo de investigación en el artículo. Además, se observó que las condiciones climáticas extremas, como la sequía durante la etapa de maduración, intensifican la producción de aflatoxinas. Por ello, el momento de siembra, el tipo de híbrido y el monitoreo climático son factores clave para reducir los riesgos. Esta visión integradora refuerza la urgencia de modelos predictivos y prácticas agrícolas resilientes al cambio climático.

A estas soluciones de campo se suman otras líneas de investigación y trabajo impulsadas por el CIMMYT, tales como la promoción de la nixtamalización y la difusión de buenas prácticas poscosecha, como el uso de silos metálicos y bolsas plásticas herméticas para el almacenamiento del grano. Estas tecnologías, difundidas junto con socios locales, ayudan a prevenir la proliferación de hongos una vez que el maíz ha sido cosechado.

“Desde el CIMMYT, trabajamos para que el derecho a una alimentación inocua, saludable y nutritiva sea una realidad para todas las personas. Promover buenas prácticas desde el campo hasta la poscosecha no es solo una cuestión agrícola: es una intervención clave para proteger la salud pública y romper ciclos de exposición a sustancias tóxicas como las aflatoxinas”, enfatizó Palacios.

Estas iniciativas son parte de un enfoque integal que integra innovación científica, conocimiento tradicional, colaboración interinstitucional y participación activa de las comunidades productoras. Su objetivo común: fortalecer la cadena de valor del maíz mexicano y asegurar que este grano fundamental siga siendo símbolo de identidad, nutrición y seguridad para las generaciones actuales y futuras.

Referencias

· Solís Martínez, O., et al. (2025). Consumption of maize and circulating aflatoxin levels in middle-aged and older Mexican adults: a cross-sectional analysis. The American Journal of Clinical Nutrition, 121(2), 454–462. https://doi.org/10.1016/j.ajcnut.2024.12.018

· Muñoz-Zavala, C., et al. (2025). Combating aflatoxin contamination by combining biocontrol application and adapted maize germplasm in northeastern and southeastern Mexico. Biological Control. https://doi.org/10.1016/j.biocontrol.2025.105727