
Las avispas parasitoides, como la que aparece al fondo, son aliadas en el control natural de plagas. Identificarlas en campo permite protegerlas y aprovechar su función en lugar de eliminarlas por error. Conocer su morfología y comportamiento es clave para un manejo agroecológico más efectivo. (Foto: CIMMYT)
En la agricultura, muchos de los problemas relacionados con plagas tienen que ver con los insectos. Sin embargo, no todos los insectos son dañinos, como explica el especialista Fernando Bahena, del INIFAP, ya que algunos pueden ser nuestros mejores aliados para mantener el equilibrio en el campo. Identificar correctamente a estos organismos es clave para decidir si se deben controlar o proteger. Aquí te compartimos algunos consejos prácticos para reconocerlos y aprovechar su función en el manejo agroecológico de plagas.
Observa bien el cuerpo del insecto: te dirá si lo puedes clasificar como tal
Todos los insectos tienen tres partes bien definidas en su cuerpo:
- Cabeza: contiene los ojos (simples o compuestos), las antenas y el aparato bucal. Las antenas son órganos sensoriales que les permiten detectar olores, señales de otros insectos y peligros. El tipo de boca también da pistas sobre su función: algunas están diseñadas para masticar, otras para succionar o perforar.
La cabeza del insecto revela información clave. (Foto: CIMMYT) - Tórax: ahí se encuentran tres pares de patas (una por cada sección del tórax) y, por lo general, dos pares de alas. Existen excepciones: las moscas solo tienen un par de alas y algunas especies, como los pulgones, pueden carecer de ellas en ciertas etapas.
El tórax es clave para identificar el movimiento del insecto. (Foto: CIMMYT) - Abdomen: varía en forma y tamaño, pero es donde se encuentran los espiráculos (estructuras por donde respiran), el ovipositor (útil para poner huevos o como defensa) y otros órganos internos.
El abdomen puede variar mucho entre especies, y en él se encuentran órganos esenciales como el ovipositor y los espiráculos. (Foto: CIMMYT)
Reconocer estas tres partes básicas ayuda a distinguir un insecto de otros artrópodos (como arañas) y a identificar a qué grupo pertenece.
Aprende a diferenciar entre insectos plaga y benéficos

El siguiente paso es clasificar a los insectos en dos grandes grupos según su comportamiento:
- Insectos fitófagos (plagas): se alimentan de plantas. Pueden masticar hojas, barrenar tallos o raíces, o chupar la savia. Ejemplos comunes incluyen gusanos (lepidópteros), escarabajos (coleópteros) y chinches chupadoras (hemípteros).
Fernando Bahena explica que este tipo de insectos, como el gusano cogollero, se alimenta de hojas, tallos o raíces. Identificarlos correctamente es el primer paso para aplicar controles específicos sin afectar a los insectos benéficos del ecosistema agrícola. (Foto: CIMMYT) - Insectos entomófagos (benéficos): se alimentan de otros insectos. Se dividen en:
- Parasitoides: como ciertas avispas (orden himenóptera) y moscas (orden díptera), que depositan sus huevos dentro de otros insectos, provocando su muerte.
- Depredadores: como las catarinas (familia coccinellidae), crisopas (neurópteros) o chinches asesinas (familias redúbide, antocóride), que cazan y se alimentan directamente de plagas.
Fernando Bahena explica que dentro de los insectos benéficos hay dos grupos clave: los parasitoides, como algunas avispas que depositan sus huevos en otros insectos, y los depredadores, como las crisopas, que cazan activamente. (Foto: CIMMYT)
Identificarlos correctamente te permite conservar a los benéficos y evitar el uso innecesario de plaguicidas que los eliminen.
Reconoce la metamorfosis para saber cuándo intervenir

Todos los insectos pasan por transformaciones, y conocer su tipo de metamorfosis te ayuda a saber en qué etapa son más vulnerables al control:
- Metamorfosis completa, como la de mariposas y escarabajos. Pasan por cuatro etapas: huevo, larva, pupa y adulto. Las larvas suelen ser la etapa más dañina y al mismo tiempo más susceptible a controles biológicos o alternativos.
- Metamorfosis gradual, como en las chinches. Pasan por fases llamadas ninfas, que cambian de tamaño hasta llegar a la forma adulta, sin pasar por pupa. En estas especies, el daño puede presentarse en varias etapas.
Con esta información puedes aplicar acciones de control en el momento más adecuado, al aprovechar el ciclo de vida del insecto.
El conocimiento es tu mejor herramienta
Como señala Fernando Bahena, aprender a observar e interpretar lo que ocurre en el campo es esencial para un manejo más inteligente y sustentable de las plagas. Cuando conoces las partes del insecto, su función ecológica y su metamorfosis, puedes tomar decisiones más precisas: proteger a los aliados naturales y actuar solo cuando realmente hay una amenaza. En lugar de eliminar todo lo que vuela o camina, observa con atención: la biodiversidad del campo puede ser tu mejor aliada.
Si quieres aprender más, acércate al Hub de innovación del CIMMYT más cercano, donde puedes recibir asesoría, materiales de apoyo y acompañamiento para mejorar el manejo agroecológico de tus cultivos.