
“Queremos rotar con cultivos que ayuden a romper ciclos de plagas y enfermedades, reducir malezas y mejorar el suelo sin depender de insumos externos”, explica Simon Fonteyne, líder del equipo de agronomía para Latinoamérica en CIMMYT. Con esa premisa, su equipo ha evaluado distintas especies en cinco estaciones experimentales —Texcoco, Ciudad Obregón, Toluca, Agua Fría y Tlatizapán— para identificar las opciones más eficaces y adaptadas a diferentes contextos.
Los siguientes tips resumen los principales aprendizajes de estos ensayos, pensados para facilitar decisiones agronómicas más sustentables y eficientes.
Girasol: cobertura confiable y comprobada

Es el estándar con el que se comparan otros cultivos. Crece vigorosamente, cubre el suelo por completo y reduce la necesidad de herbicidas. La variedad libremente polinizada del ICAMEX ha mostrado excelente adaptación en Texcoco.
Cártamo: resiliencia para zonas áridas

Muy resistente a la sequía y con un ciclo largo, ofrece cobertura prolongada. Funciona especialmente bien en regiones como el Valle del Yaqui.
Rábano gigante: cobertura densa y beneficios al suelo

Genera excelente biomasa, limita malezas y sus raíces profundas ayudan a descompactar. También aporta materia orgánica y carbono, mejorando la salud del suelo.
Ebo: útil en mezcla, limitada sola

Produce buena biomasa, pero requiere de otras plantas para sostenerse. Es adecuada en sistemas intensivos como el Bajío, al rotarla con maíz o trigo.
Avena: opción versátil de ciclo corto

Cubre bien el terreno en poco tiempo y puede sembrarse en ventanas cortas. Su uso estratégico permite aprovechar espacios entre otros cultivos.
Canola: fácil manejo, duración limitada

Se establece sin complicaciones y requiere poco manejo. Su ciclo corto la hace menos ideal para cobertura prolongada, aunque útil en rotaciones.
Quinoa, crotalaria y chícharo gandul: no para todas las altitudes

Aunque se desarrollan bien en zonas bajas, no muestran buen desempeño en lugares altos como Texcoco (2 200 msnm), donde su crecimiento es limitado.
Amaranto: buena cobertura sin convertirse en maleza

Con variedades mejoradas, ofrece excelente cobertura, compite eficazmente con malezas y tiene un ciclo lo suficientemente largo como para mantener el suelo cubierto, pero sin dejar demasiadas semillas que puedan germinar de forma indeseada en ciclos posteriores. Su potencial es alto en altitudes como las de Texcoco.
¿Y el manejo?
Todos estos cultivos se evaluaron sin fertilizantes ni aplicaciones químicas. Solo se realizó una escarda manual poco tiempo después de la siembra. Aun así, varios lograron cubrir eficazmente el suelo, mostrar resistencia y generar beneficios adicionales, lo que destaca su potencial en sistemas de bajo insumo.
Aprovecha el descanso del suelo para fortalecer tu sistema
Los cultivos de cobertura permiten mantener el suelo activo y saludable entre ciclos productivos. En CIMMYT, estos ensayos buscan ofrecer alternativas concretas para productores y técnicos que apuestan por una agricultura más regenerativa y eficiente.
¿Cuál de estas especies podrías probar en tu zona? Explora, compara, y acercate al Hub más cercano de tu localidad para recibir asesoría.
Tu siguiente cultivo de cobertura puede ser el primer paso hacia un suelo más fértil, menos dependiente de agroquímicos y mejor preparado para el futuro.