La Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) es una de las tecnologías más adoptadas por productores en zonas de ladera, ya que permite conservar el suelo, mejorar los rendimientos y fortalecer la seguridad alimentaria. Este sistema contribuye a mitigar los efectos del cambio climático, evitar el desmonte de nuevas tierras y aprovechar mejor parcelas con pendientes.
El principio del sistema es sencillo: establecer, en un mismo terreno, franjas de cultivos —como maíz, frijol o calabaza— intercaladas con hileras de árboles frutales. Estos árboles, sembrados a un metro de distancia, actúan como anclaje para la formación gradual de terrazas y ayudan a disminuir significativamente los escurrimientos. Te compartimos los siguientes consejos clave para establecer tu módulo MIAF:
Selecciona el terreno adecuado

- Debe ser un terreno ya dedicado a milpa o a maíz.
- No se recomienda en zonas de uso forestal.
- Prepara el terreno con base en las prácticas de labranza locales.
Mide la pendiente y define el ancho del módulo

- Para pendientes menores al 20 %, el módulo debe medir 14.5 metros.
- Para pendientes mayores al 20 %, debe medir 10.6 metros.
- Utiliza el aparato “A” (superficies pequeñas) o el nivel de manguera (superficies grandes) para trazar curvas a nivel.
Escoge la modalidad según el tipo de suelo

- Terraza de muro vivo (TMV): se recomienda cuando el suelo tiene más de 1 m de profundidad.
- Barrera viva (BV): ideal para suelos menos profundos, combinada con labranza de conservación.
- En ambas modalidades, instala un filtro de escurrimiento sobre la hilera de árboles, y usa residuos de cosecha y poda.
Establece árboles frutales con valor de mercado

- Selecciona especies adaptadas al clima local.
- Elige variedades que produzcan en época de baja oferta, para mejorar los ingresos.
- En zonas templadas se recomienda manzano, durazno, tejocote, pera o aguacate.
- En zonas tropicales y subtropicales, mango, guayaba, limón, naranja, carambolo o chicozapote.
Siembra una milpa diversificada

- Prioriza maíz y frijol, por su aporte a la seguridad alimentaria.
- Según el patrón de cultivo, puedes incluir calabaza, chícharo, tomate de cáscara, quelites, papa o flores.
- La diversidad reduce el uso de fertilizantes, herbicidas e insecticidas.
Asegura acompañamiento técnico

- Es fundamental contar con asesoría continua al menos durante los primeros tres o cuatro ciclos.
- La poda, formación y manejo fitosanitario de los árboles son claves para obtener fruta de calidad.
Considera la vocación productiva de la zona

- Elige especies y patrones de cultivo que respondan a la ecología local y las prácticas tradicionales.
- Esto facilita el manejo y mejora la aceptación comunitaria del sistema.
Con un diseño técnico adecuado y acompañamiento oportuno, el sistema MIAF convierte terrenos en ladera en espacios productivos, resilientes y sostenibles. Además de conservar el suelo y captar carbono, diversifica la dieta familiar y abre oportunidades comerciales.
El CIMMYT, junto con aliados locales, promueve el establecimiento de módulos MIAF como parte de su estrategia para fortalecer la seguridad alimentaria y la sostenibilidad en comunidades rurales.
¿Listo para empezar? Acércate al equipo técnico del Hub más cercano, para recibir asesoramiento en la planificación de tu módulo MIAF con una visión a largo plazo.