
Las barreras vivas son mucho más que adornos verdes en los bordes de una parcela. Son una estrategia agroecológica clave para atraer polinizadores, conservar enemigos naturales de plagas, mejorar la salud del suelo y diversificar el sistema productivo.
Helios Escobedo-Cruz, ingeniero fitotecnista con más de 20 años de experiencia en campo y colaborador del CIMMYT desde 2009, nos comparte los siguientes consejos prácticos para su implementación.
¿Qué beneficios ofrecen?
Las barreras vivas ayudan a:
- Atraer insectos benéficos como abejas, sírfidos, parasitoides y otros depredadores.
- Crear refugio y fuente de alimento, como polen y néctar, para los enemigos naturales de plagas.
- Mitigar el crecimiento de malezas, por efectos como el sombreado y, en algunas especies, por sus propiedades alelopáticas.
- Mejorar la estructura del suelo y aportar nutrientes.
- Embellecer las parcelas y darles valor paisajístico.
- Las barreras vivas de porte mediano o alto pueden actuar como cortinas rompevientos en los cultivos, lo que ayuda a disminuir el acame.
- Gracias a su capacidad de retener agua, algunas barreras vivas también funcionan como cortafuegos naturales, lo que contribuye a la prevención de incendios forestales. Tal es el caso del agave y el nopal (Barreras vivas de nopal y agave: un escudo natural contra incendios forestales – RDU UNAM).
¿Cuándo es mejor establecerlas?
Dependerá del tipo de planta. Por ejemplo, especies como la Tithonia diversifolia (conocida como botón de oro) se pueden establecer al inicio de las lluvias. Es muy fácil de establecer, ya que se propaga por esquejes, que se clavan directamente en el suelo húmedo.
En cambio, cultivos como el girasol o el lupino, que se establecen por semilla, conviene sembrarlos justo antes o al mismo tiempo que el cultivo principal, de modo que su floración coincida con los momentos clave para atraer insectos benéficos.
¿Qué especies puedes usar?
Hay muchas opciones. Algunas de las más recomendadas por Helios son:
- Botón de oro (Tithonia diversifolia): crece rápido, florece casi todo el año y sirve como forraje.
- Alverja y lupino: leguminosas que aportan nitrógeno al suelo, cubren el terreno y tienen flores llamativas. También se utilizan como forraje.
- Girasol y canola: atraen abejas y abejorros; asimismo, ayudan a manejar algunas plagas, ya que estas prefieren sus flores en lugar del cultivo principal.
- Cilantro, ocra y calabaza: además de atraer insectos útiles, pueden usarse para autoconsumo.
- Hinojo y anís: plantas con flores pequeñas que resultan muy atractivas para parasitoides.
- Plantas localmente conocidas como “jara”: en algunas regiones, esta especie funciona como atractivo para plagas como el frailecillo (Macrodactylus spp.), desviándolas del cultivo principal. Aunque no es nativa, puede encontrarse de forma naturalizada en ciertas zonas y conviene preservarla si ya está presente.
- Cempasúchil (Tagetes erecta): con valor cultural, medicinal y uso en control biológico; actúa como nematicida, insecticida, repelente y atrayente.
Lo importante es observar qué plantas ya crecen naturalmente en la zona y usarlas a favor, además de integrar especies útiles que se adapten bien al clima y al manejo.
¿Dónde colocarlas y cómo distribuirlas?
Puedes establecer barreras vivas en los bordes, las cabeceras, entre surcos o en pequeñas islas dentro de la parcela.
Se pueden establecer islas en las partes perimetrales o en lugares estratégicos que no interfieran en las labores culturales, al aprovechar espacios disponibles sin afectar el tránsito de maquinaria ni las actividades agrícolas.
Algunas recomendaciones:
- Usa los bordes y caminos para especies perennes como la Tithonia.
- Siembra girasol de forma escalonada (cada mes, por ejemplo) para asegurar floración continua durante el ciclo del cultivo.
- Crea combinaciones: calabaza en un surco, frijol en otro, maíz en otro. Así haces rotación y a la vez generas alimento y biodiversidad.
- Piensa en tu equipo de trabajo y maquinaria: adapta la distancia entre franjas o islas para que sea fácil de manejar.

Recomendaciones finales
- No hace falta empezar con muchas especies. Lo importante es elegir bien y manejarlas con cuidado, considerando las condiciones agroclimáticas y los requerimientos de las plantas a introducir o establecer.
- Podar regularmente plantas vigorosas como la Tithonia ayuda a mantenerlas controladas y saludables.
- Aprovecha lo que ya crece en tu zona: muchas plantas nativas cumplen funciones ecológicas clave.
- Elige plantas con flores de distintos tamaños y formas: así atraerás insectos grandes y pequeños.
- Incluso algunos frutales que se adapten a la zona pueden ser una excelente opción, como nísperos, guayabos, duraznos, chirimoya o cítricos. También pueden integrarse árboles como el tabachín o el colorín, que además de aportar sombra y frutos, favorecen el ecosistema. Todo dependerá de las condiciones específicas de cada región y del sistema de producción.
Más ideas para integrar en tu parcela
Helios destaca la importancia de aplicar principios de agroecología con creatividad, al integrar agronomía y ecología sin comprometer la viabilidad productiva del sistema. Aquí algunas ideas adicionales:
- Preservar especies locales: en lugar de eliminarlas, observar su función dentro del ecosistema y mantener las que sirven como atrayentes o repelentes.
- Incluir plantas aromáticas: como romero, lavanda, citronela o albahaca, que además de generar inflorescencias, mejoran el suelo y la calidad del aire.
- Aprovechar zonas húmedas: algunos productores con acceso a agua han desarrollado pequeños huertos diversificados con jitomate, calabaza o chile para autoconsumo, que rotan su ubicación año con año.
- Conocer y aplicar estrategias como el push-pull: con variantes desarrolladas por Mariel Guera, coordinador de Plataformas de Investigación del CIMMYT, esta técnica combina plantas atrayentes en el perímetro del cultivo y repelentes en el interior, lo que logra un manejo más eficiente de plagas.
Haz de tu parcela un ecosistema vivo
Las barreras vivas no solo protegen tus cultivos: hacen que tu parcela respire, se llene de color y vida, sea más resiliente frente a plagas y condiciones cambiantes y sea diversa. Es una forma sencilla, económica y poderosa de hacer agricultura regenerativa desde el terreno.
Acércate al Hub del CIMMYT más cercano para recibir asesoría técnica, conocer experiencias exitosas y llevar estas prácticas a tu sistema de producción.
¡Con pequeños cambios, puedes lograr grandes transformaciones en tu parcela y en el campo!