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Prácticas de conservación del suelo suman a la preservación de acuíferos

La sobreexplotación de los acuíferos implica riesgos ambientales y sociales. Con Agricultura de Conservación y un amplio menú de prácticas y tecnologías sustentables, el proyecto Aguas Firmes busca una gestión responsable de los recursos hídricos.

De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), los acuíferos sobreexplotados indican el uso no sustentable de las aguas subterráneas y representan un riesgo para el abasto humano y de las actividades agropecuarias e industriales de las regiones en donde se encuentran, pudiendo elevar los costos de extracción del líquido e incluso ocasionar hundimientos del terreno.

El acuífero de Calera, en Zacatecas, está considerado uno de los más sobreexplotados. Reportes de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) muestran que tan solo en 2021 de ese acuífero se extrajeron un poco más de 162 mil millones de litros de agua —162.47 hm3 (hectómetros cúbicos)—, pero solo se recargó 56% de esa cantidad —91.1 hm3—.

Para contribuir a la preservación y manejo sustentable del acuífero de Calera, recientemente se puso en marcha el proyecto Aguas Firmes, impulsado por el Grupo Modelo y la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ), con la colaboración del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y diversas organizaciones públicas y privadas. 

En el caso de la iniciativa Aguas Firmes, la Agricultura Sustentable es fundamental para la preservación y manejo de los acuíferos. La razón es muy sencilla: sin suelos sanos el agua de lluvia difícilmente podría infiltrarse y alimentar a los acuíferos. Por esto, el CIMMYT promueve la adopción de prácticas sustentables basadas en Agricultura de Conservación: el ciclo pasado fueron 562 hectáreas en las que se implementaron prácticas sustentables, este ciclo ya son cerca de mil hectáreas y se espera alcanzar las cuatro mil en futuros ciclos. 

¿Qué prácticas y tecnologías son las que se están promoviendo de forma específica? Alberto Cabello —gerente del Hub INGP del CIMMYT— y Julio César González —técnico de Aguas Firmes—, comentan que entre los productores que recién se acercan a la Agricultura Sustentable se están fomentando inicialmente acciones de acondicionamiento del predio y fertilidad integral, con recomendaciones basadas en diagnósticos de suelo. 

Dentro del proyecto incluimos la posibilidad de apoyar agricultores, al menos 120, con el costo del análisis de suelo para hacer un programa de nutrición enfocado a una meta de rendimiento porque muchos fertilizan sin tener una base del por qué toman la decisión de usar determinada cantidad de fertilizante”, señala Alberto Cabello. 

“El elevado costo de los fertilizantes ha sensibilizado al agricultor en la importancia de basar su aplicación en una base técnica. A partir de ahí se han implementado otras prácticas como el manejo agroecológico de plagas —enfoque que ha tenido un efecto positivo en las hortalizas donde ya se presentaban fuertes problemas fitosanitarios que orillaban a los productores a buscar nuevas parcelas constantemente—”, comenta Julio César. 

“También se han promovido mejores arreglos topológicos —la disposición de las plantas en el terreno—. El ciclo pasado se movilizaron unas sembradoras del CIMMYT hacia la zona. Aquí es común que se siembre al voleo —arrojando la semilla a puñados por el aire—, lo que demanda mucha semilla y agua, a diferencia de la siembra en hileras con la cual algunos productores han reducido a la mitad las horas de riego. Eso se refleja además en el pago de la luz —necesaria para la extracción del agua—”, comenta Alberto Cabello.

“El proyecto incluye todo un sistema de nivelación láser para optimizar el riego y el drenaje del terreno. Inicialmente el CIMMYT trasladó dos niveladoras láser. Estas permitieron mostrar a los agricultores cómo funciona la tecnología y, gracias al proyecto, ya fue posible incorporar una niveladora láser adicional”, agrega el gerente del Hub INGP del CIMMYT.

Algunos productores que han decidido explorar más allá han hecho siembra directa —sobre los residuos de cosecha del ciclo anterior—, observando amplios beneficios: “no aplicaban tanta agua y todavía se mantenía húmedo el suelo cuando sembraron sobre rastrojo de cebada”, comenta Alberto Cabello, quien agrega que el proyecto contempla un “programa de manejo de rastrojos, el cual busca construir la fertilidad del suelo además de una nutrición exacta del cultivo para buscar así rendimientos superiores”. 

En esta zona de Zacatecas donde la precipitación pluvial es baja, este tipo de prácticas permite aprovechar al máximo la poca agua disponible. Así, combinando Agricultura de Conservación, tecnificación del riego (riego por goteo) y otras prácticas como las descritas, entonces el ahorro de agua y el aprovechamiento de los recursos es mucho mayor.