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Para todo mal, milpa y maguey-mezcal

Se impartió un taller para fortalecer la asociatividad de los grupos de productores de milpa y maguey-mezcal de Oaxaca. En él se enfatizaron temas de organización, comercialización y análisis de mercado.

Mediante el proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’ —que impulsan Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, el pasado 7 de febrero se realizó un taller de asociatividad para pequeños productores de milpa asociada con maguey “espadín” en Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca.

Con la colaboración de la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas (AMDSL) y el CIMMYT, el taller abordó temas enfocados al fortalecimiento de la organización entre productores y al análisis de la cadena de valor del maguey-mezcal que ―por las condiciones climáticas de esa zona― se desarrolla favorablemente y es la fuente de ingreso de la mayoría de los habitantes, tanto de los productores de maguey asociado con milpa como de los que transforman el producto en mezcal y lo destinan para venta en el mercado local (comúnmente llamados palenqueros).

En la fase diagnóstica del taller se identificó que es común que los productores de milpa asociada con maguey trabajen de manera independiente. Parte del desinterés por la organización se debe a malas experiencias previas que han generado falta de confianza en el trabajo en conjunto. No obstante, también se identificaron casos de productores que gracias al trabajo en equipo han establecido viveros de maguey y se han organizado para elaborar abonos orgánicos, cultivar hongos, gestionar apoyos con instituciones y asistir a ferias de mezcal o giras de intercambio.

Durante el taller se explicó cómo una adecuada asociatividad ofrece ventajas a los pequeños productores con poca superficie de siembra, quienes ―debido a esto y a la lejanía de sus ubicaciones― muchas veces tienen dificultades para adquirir insumos, obtener asesoría técnica, acceder a créditos y programas y —sobre todo— comercializar el mezcal (se hace de manera aislada y en mercados locales debido a que son producciones de baja escala y no se ha aprovechado el potencial del cultivo).

Con respecto al análisis de la cadena de valor del maguey-mezcal, se identificó que la mayoría de los participantes se encuentra en el primer eslabón de la cadena (la producción), y pocos, en los dos restantes (transformación y comercialización). De hecho, se identificó que en la zona existen alrededor de nueve destiladoras artesanales de mezcal, pero dentro del grupo de productores solo tres se dedican a la transformación.

Finalmente, el taller se enfocó en las áreas de mejora para los productores de maguey, como incrementar la densidad de población de plantas; mejorar la nutrición del cultivo; controlar plagas y enfermedades; reducir el ciclo de producción; y —especialmente— diversificar cultivos, incluso con otras especies de maguey (en varias zonas mezcaleras es común que se cultiven pocas variedades y, en ocasiones, hay una tendencia al monocultivo; considerando los diversos tipos de suelos presentes en la región y la escasez de lluvia, el maguey puede ser intercalado con algunas leguminosas, como las lentejas).

Para las condiciones de Santa María Tlahuitoltepec (municipio ubicado en la Sierra Mixe), donde predominan los terrenos con pendientes pronunciadas, el maguey-mezcal puede cultivarse en curvas a nivel para formar una barrera viva y evitar que el suelo se erosione. La asociación con maíz o frijol permite que las parcelas sean productivas mientras madura el maguey (su ciclo es de 10 años y, normalmente, la asociación con otras especies se debe establecer hasta el sexto año). Por lo anterior, expresamos —como dice el refrán— “para todo mal, mezcal”, y para que el maguey sea mejor, con milpa la asociación.