
La tierra es súper importante para que crezcan los alimentos que comemos cada día. Pero hay algo llamado erosión que hace más difícil de cultivar la comida.
La erosión ocurre cuando el viento o la lluvia se llevan la capa de arriba del suelo.
¡Esa parte es la más importante! Porque tiene los nutrientes que las plantas necesitan para crecer sanas y fuertes.

¿Sabías que en México se pierde tanta tierra cada año como el tamaño del volcán Popocatépetl? Aproximadamente 36 mil millones de toneladas por culpa de la erosión. ¡Eso es muchísimo! (Fuente: https://www.globalsoilbiodiversity.org/blog-beneath-our-feet/2018/1/9/how-much-soil-is-lost-every-year)
Cuando eso pasa, a los y las productoras les cuesta más trabajo cultivar comida como maíz, frutas o verduras. Ya que el suelo no tiene los nutrientes necesarios para que las plantas crezcan bien. Eso hace que haya menos alimentos para las personas. De ahí la gran importancia de cuidar la tierra.
Pero no te preocupes… ¡Hay muchas formas de mantener el suelo sano y evitar que se pierda!
¿Sabías que hay plantas que cuidan la tierra?
¡Así es! Hay algunas plantas que los y las productoras siembran no para comer, sino para proteger el suelo. Estas plantas tienen raíces fuertes que abrazan la tierra para que no se la lleve el viento ni la lluvia.
Sus raíces también se meten muy profundo, como si buscaran agua escondida.
Eso ayuda a que el suelo esté más fuerte y pueda guardar más agua para las demás plantas.
Y cuando llueve, el agua se queda en la tierra para que las plantas puedan beberla.
Además, estas plantas evitan que los fertilizantes lleguen a los ríos, ¡y eso ayuda a mantener el agua limpia! Son tan buenas para cuidar la tierra, que a veces logran evitar por completo que se dañe.

Pero las plantas que cuidan el suelo no son la única forma de proteger la tierra.
También existen otras ideas muy buenas que usan los y las productoras:
1.Cambiar lo que se siembra cada año (rotación de cultivos)
Esto pasa cuando un campesino no siembra lo mismo todo el tiempo. Por ejemplo, un año siembra maíz, y al siguiente siembra frijol.
Cada planta necesita cosas diferentes de la tierra, así que al cambiar lo que se siembra, el suelo puede descansar y llenarse de nuevo con los nutrientes que las plantas necesitan.
¡Es como dejar que la tierra tome un respiro para seguir ayudando!

2. Usar menos herramientas para mover la tierra (mínima labranza)
Cuando se remueve mucho el suelo con tractores o herramientas, queda suelto y sin protección. Eso hace más fácil que el viento o la lluvia se lo lleven.
En cambio, si se hace menos labranza, la tierra se queda más firme y los nutrientes no se pierden.
Es una manera muy útil de prevenir la erosión y cuidar el suelo por más tiempo.

3. Cubrir el suelo con restos de plantas (rastrojo)
Otra forma muy buena de proteger la tierra es cubriéndola con materiales naturales, como pedacitos de hojas secas, pasto cortado, ramas delgadas o los restos que quedan después de la cosecha. A eso se le llama acolchado.
El acolchado funciona como una cobija para el suelo:
- Lo protege de la lluvia fuerte y del viento.
- Ayuda a que no se seque tan rápido.
- Mantiene la humedad para que las plantas crezcan mejor.
Además, con el tiempo esos restos se descomponen y alimentan el suelo, haciéndolo más fértil.
¡Es una forma sencilla y muy poderosa de cuidar la tierra!

El suelo tiene capas… ¡como un pastel!
Cuando miras el suelo, parece solo tierra. Pero si lo vemos con atención, descubrimos que está hecho de capas diferentes, y cada una tiene una función especial.
A estas capas se les llama horizontes del suelo, y juntas ayudan a que las plantas crezcan.
Aquí te explicamos las cuatro principales:
🪨 Capa C – La más profunda
Está en el fondo y está formada por piedras grandes y rocas.
Se le llama también material parental, porque de ahí se va formando todo el suelo de arriba.
Es una capa dura, pero muy importante.
🟤 Capa B – Zona de acumulación
Es la capa del medio.
Aquí se juntan minerales, arcilla y nutrientes que bajan desde arriba.
Esta capa ayuda a que el suelo sea fuerte y también a que el agua se mueva bien sin causar erosión.
🌱 Capa A – La capa de cultivo (topsoil)
Aquí es donde crecen las raíces de las plantas.
Tiene muchos nutrientes y materia orgánica (como restos de hojas o animales pequeños que se descomponen).
Es la capa más fértil, y también ayuda a capturar carbono, lo cual es bueno para el clima del planeta.
🍃 Capa O – La capa de arriba
Es la que vemos a simple vista.
Tiene pasto, hojas secas, ramitas y bichitos.
Aunque es delgadita, es clave para mantener la humedad del suelo y alimentar las capas de abajo.
Todas estas capas trabajan juntas como un equipo.
Gracias a ellas, el suelo puede sostener a las plantas, guardar agua y darnos alimentos.
¿Te animas a observar el suelo de tu jardín o campo? ¡Seguro que también tiene capas como estas!
¡Conviértete un detective del suelo!
Actividad 1: Haz un modelo del suelo en un vaso
Vas a necesitar: un vaso transparente, piedras, arcilla, tierra con raíces, hojas o flores.
Pasos:
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Coloca piedras en el fondo del vaso → Capa C
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Encima, pon la tierra con arcilla → Capa B
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Luego, agrega la tierra oscura con raíces → Capa A
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Por último, cubre con hojas, flores o ramitas → Capa O
¡Y listo! Ya tienes tu propio modelo del suelo.
Observa cómo se ven las capas y piensa: ¿cuál crees que es la más importante para las plantas?
Actividad 2: ¡Haz un modelo comestible!
Materiales:
- Vaso transparente
- Un poco de carne deshebrada o picada (como base)
- Arroz cocido
- Frijoles refritos
- Hojas de cilantro, aguacate picado o lo que tengas para decorar
Pasos:
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Pon la carne en el fondo → Capa C (rocas)
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Encima, el arroz → Capa B (minerales y arcilla)
-
Después, los frijoles → Capa A (tierra fértil)
-
Y al final, decora con cilantro o verduras → Capa O (restos de plantas)
¡Ahora tienes un suelo completo que puedes comerte!
¿Te animas a hacer uno y compartirlo con tu familia?