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El joven innovador Eduardo Cruz Rojo usa métodos de control biológicos para mitigar el gusano cogollero

Eduardo Cruz Rojo emplea soluciones ecológicas innovadoras y sostenibles en su campo.

Eduardo Cruz Rojo no provenía de una familia de agricultores y nunca esperó trabajar en la agricultura. Sin embargo, este joven de 26 años, con un título en logística y originario de Alfajayucan, Hidalgo, México, ha podido ganar suficiente dinero de la agricultura para dejar su trabajo de oficina al emplear soluciones ecológicas innovadoras y sostenibles en su campo de maíz para reducir las plagas y aumentar los rendimientos —y está ayudando a otros agricultores de su comunidad a hacer lo mismo. Eduardo recibió recientemente el Premio de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina en la categoría de Agricultor por su participación en este trabajo.

Los premios, una iniciativa del Programa de Investigación de Maíz del CGIAR (MAIZE), buscan reconocer las contribuciones de mujeres y hombres jóvenes que están implementando innovaciones en los sistemas agroalimentarios basados en maíz de América Latina. Esta es la tercera entrega de los premios, después de la entrega en Asia en octubre de 2018 y la entrega en África en mayo de 2019. La ceremonia de entrega de los premios tuvo lugar en la XXIII Reunión Latinoamericana de Maíz en Montería, Colombia, el 9 de octubre de 2019.

Eduardo Cruz Rojo (al centro), recibe el Premio de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina de parte de los científicos del CIMMYT Luis Narro (a la izquierda) y Félix San Vicente (a la derecha). (Foto: Carlos Alfonso Cortes Arredondo/CIMMYT)

P: Cuéntanos sobre tu innovación.

R: La innovación en la que estoy trabajando involucra el uso de métodos de control biológico, como trampas de feromonas para controlar al gusano cogollero y el uso de lombricomposta para mejorar el suelo.

El gusano cogollero es una plaga que afecta en gran medida al maíz en todo el mundo: es nativo de América y se extendió a África en 2016 y Asia en 2018. Es una de las peores plagas que afectan al maíz en mi estado natal, Hidalgo, y puede afectar hasta el 50% de la cosecha. Solíamos aplicar productos químicos en los campos dos veces al año para controlarlo, lo cual era muy costoso y puede ser dañino para el medio ambiente. Solicitamos asesoramiento a los técnicos del Hub Valles Altos del proyecto MasAgro, una iniciativa conjunta entre el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México (SADER). Nos recomendaron a los agricultores locales que usáramos trampas de feromonas como métodos de control biológico para las plagas, y tres de nosotros decidimos probarlo para reducir costos, depender menos de los químicos y proteger el medio ambiente.

Hice las trampas de feromonas solo cortando agujeros en tres lados de una vieja jarra de agua. Colocas la jarra en un poste, cuelgas el cebo de feromona en medio y llenas el fondo con agua jabonosa. Las polillas adultas de gusano cogollero son atraídas por el cebo de feromonas, entran en las trampas y posteriormente, se ahogan en el agua jabonosa.

En el primer año, en 2015, usamos las trampas principalmente para monitorear de dónde venían las plagas. Instalamos las trampas cuando el maíz ya había crecido y fue demasiado tarde para obtener un mejor resultado. El segundo año instalamos las trampas de feromonas solo cinco días después de la siembra, ¡y pudimos controlar el daño causado por el gusano cogollero hasta en un 90-95%! Desde entonces, hemos usado las trampas todos los años y no hemos tenido más problemas con el gusano cogollero en nuestros campos de maíz, además, nos pudimos liberar de comprar y usar productos químicos cada año. Por el mismo precio de una sola aplicación de químicos, puedes crear tus propias trampas que durarán al menos dos años.

Ahora, cada vez que los agricultores vecinos caminan por nuestros campos siempre nos preguntan “¿qué es eso?” o “¿qué estás haciendo?” Les explicamos qué son las trampas de feromonas y cómo funcionan, y al menos 10 agricultores locales han comenzado a usarlas en sus propios campos con buenos resultados.

Eduardo presenta su innovación en la ceremonia de los Premios de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina en la XXIII Reunión Latinoamericana de Maíz en Montería, Colombia. (Foto: Carlos Alfonso Cortes Arredondo/CIMMYT)

P: Tu experiencia rompe el estereotipo en el que los jóvenes no están interesados en la agricultura como carrera — de hecho, tú la persigues de manera seria. ¿Cuál fue tu inspiración?

R: Nadie más en mi familia se dedica a la agricultura, yo soy el primero en hacer esto. Comencé criando ovejas, y cuando vi cuánto necesitaban comer me sentí inspirado a cultivar mi propio maíz y alfalfa para alimentarlos.

Soy el más joven de seis hermanos. Todos mis hermanos mayores se vieron obligados a emigrar a los Estados Unidos para trabajar debido a las presiones económicas y yo me quedé para cuidar a mis padres. Sin embargo, al usar mejores métodos de producción, la agricultura ha sido rentable para mí, y es la razón por la que seré el primero en mi familia que no tendrá que migrar.

Cuando terminé la universidad, comencé a trabajar en una oficina en la ciudad de Querétaro, México, pero siempre había soñado con tener algo propio. Empecé a ahorrar y por casualidad me encontré con un amigo que es agrónomo. Me invitó a trabajar con él, y el resto es historia.

Realmente disfruto ser agricultor. Me emociona mucho la época de la cosecha y ver todo lo que ha crecido, todo lo que pude lograr. Además del maíz, también cultivamos alfalfa, chiles y avena, pero realmente ha sido el maíz el que ha sido rentable. Incluso tenemos nuestro propio campo experimental. Realmente me gusta implementar innovaciones en mi campo porque eso es lo que me ha permitido ganarme la vida con la agricultura.

P: ¿Cómo te sientes al haber sido nombrado uno de los ganadores de los Premios de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina?

R: Me siento orgulloso de mi trabajo y el de mi equipo, también me siento orgulloso de que sea reconocido. Ha sido una experiencia increíble poder visitar otro país y ver el mundo desde otra perspectiva.

P: ¿Qué consejo le darías a otros jóvenes interesados en la agricultura?

R: Me gustaría que más jóvenes vean que pueden ganarse la vida con la agricultura si realmente se dedican a ello. La parte más importante es adoptar buenas prácticas agrícolas y abandonar las malas, como la quema de residuos de cultivos o el uso excesivo de productos químicos, que pueden dañar el suelo y contaminar el agua.

Si implementan buenas prácticas y cambian la forma en que hacen las cosas, pueden lograr mejores rendimientos. Esta es una oportunidad para que jóvenes como yo obtengan mejores ingresos, echen raíces y no se vean obligados a emigrar.