Se espera que la población mundial aumente a casi 10 mil millones para 2050. Para alimentar a este número de personas, necesitamos aumentar la producción de alimentos utilizando menos recursos. La biofortificación (el proceso de enriquecimiento de cultivos básicos con micronutrientes) podría ayudar a resolver este problema.
Sin embargo, no es tan fácil identificar semillas biofortificadas.
A menudo, el proceso de biofortificación no cambia una semilla de forma visible, lo que abre la posibilidad de productos falsificados. Los agricultores no pueden verificar que las semillas que compran sean las que se anuncian. Las semillas piratas son un obstáculo importante para la adopción de cultivos biofortificados. De manera similar, en el proceso desde la granja hasta la mesa, la trazabilidad de los alimentos biofortificados es igualmente difícil de lograr.
Imagine a Aisha, una pequeña agricultora en Nigeria. Ella está en el mercado buscando semillas de maíz biofortificadas para su finca. ¿Cómo sabe qué semillas escoger y cómo puede estar segura de que en realidad son semillas biofortificadas?
Una solución es la tecnología blockchain.
¿Qué es blockchain?
Blockchain es un libro de contabilidad digital compartido para el mantenimiento de registros, donde los datos se descentralizan y se asignan a los usuarios. La información digital se almacena en una base de datos o cadena pública.
Esta plataforma tecnológica ayuda en situaciones de desconfianza. Proporciona un registro de eventos inalterable y transparente en el que los usuarios confían en el código informático y las matemáticas, en lugar de en un tercero. Este código escribe las reglas del sistema y el software es revisado por pares, por lo que las reglas y los datos son resistentes a la corrupción. Cuando se agrega información a la base de datos, los actores de la red verifican y registran los datos antes de agregarlos a blockchain. Después de eso, nadie puede cambiar la información. Ninguna entidad posee o controla la base de datos, lo que permite a los actores confiar en el sistema.
Si bien a menudo se asocia con bitcoins y criptomonedas, la tecnología blockchain tiene muchos otros usos en las industrias tradicionales, incluido el potencial para transformar los sistemas agroalimentarios. La Comunidad de Práctica sobre Datos Socioeconómicos, dirigida por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), elaboró un informe que detalla el papel que puede desempeñar blockchain en los sistemas agroalimentarios y las semillas biofortificadas.
Blockchain para sistemas agroalimentarios
Los sistemas agroalimentarios consisten en redes complejas que a menudo generan desconfianza entre sí. La tecnología blockchain puede mejorar la transparencia, la trazabilidad y la confianza. Podría tener un papel importante que desempeñar para cerrar la brecha de rendimiento y reducir el hambre.
Muchas transacciones realizadas en el sector agroalimentario tienen registros en papel. Incluso cuando los registros son digitales, los sistemas de TI desconectados crean silos de datos. Blockchain permite a los actores clave controlar, administrar y compartir sus propios datos rompiendo los silos.
Por ejemplo, la tecnología blockchain puede ayudar a resolver problemas de gobernanza de la tierra, propiedad poco clara y tenencia al proporcionar una base de datos de registro de tierras precisa. Puede ayudar con el cumplimiento de los estándares de gobiernos u organizaciones privadas. Esta tecnología podría hacer que las transacciones financieras sean más eficientes, limitar la corrupción y proporcionar procedencia, trazabilidad y recuperación de productos.
La verificación de semillas de maíz biofortificadas
HarvestPlus realizó un estudio para comprender las barreras para la adopción generalizada de semillas biofortificadas. El equipo entrevistó a 100 empresas y 250 personas, desde agricultores hasta marcas globales, sobre sus experiencias con la biofortificación. Como era de esperar, encontraron que una gran barrera para la adopción es la incapacidad de distinguir los cultivos biofortificados de los estándares.
Por tanto, es fundamental contar con un sistema para verificar semillas biofortificadas. HarvestPlus colaboró con The Fork para investigar soluciones.
Una solución es una blockchain pública. El resultado podría verse así: Aisha, nuestra pequeña agricultora en Nigeria quiere comprar semillas de maíz biofortificado para su finca. En la tienda, saca un teléfono de su bolsillo y escanea un código QR en una bolsa para verificar información confiable sobre las semillas. Satisfecha con la información, trae a casa semillas de maíz biofortificadas verificadas, mejorando la nutrición de su familia y comunidad.
Dependiendo del acceso de los agricultores a teléfonos inteligentes, esta situación podría ser posible. Sin embargo, la tecnología blockchain no resolverá todo, y es importante que probemos y estudiemos estas soluciones mientras consideramos otros desafíos, como el acceso a la tecnología y el comportamiento humano.
El informe de la Comunidad de Práctica sobre Datos Socioeconómicos, Blockchain for Food, brinda los principios del desarrollo digital de blockchain. Es fundamental comprender el ecosistema existente, diseñar a escala, construir para la sostenibilidad y diseñar la tecnología con el usuario. Estos son puntos vitales que considerar al desarrollar soluciones blockchain para sistemas agroalimentarios.
A medida que el sistema alimentario global está comenzando a hacer la transición hacia una mayor transparencia, circularidad y personalización, la tecnología blockchain podría desempeñar un papel importante en la evolución de este cambio. En febrero de 2020, se lanzó una nueva plataforma de prueba y aprendizaje para tecnologías digitales de confianza y transparencia en sistemas agroalimentarios, incluida la tecnología blockchain. La plataforma desarrollará la capacidad del potencial de esta tecnología y garantizará que sea utilizable e inclusiva.
Lea el informe:
Blockchain for Food: Making Sense of Technology and the Impact on Biofortified Seeds.
Foto de portada: Una mazorca de maíz con calidad proteica. (Foto: Alfonso Cortés/CIMMYT)