Brenda Wawa
El cultivo de maíz en Kenia occidental se intensifica gracias a la variedad WH507, que está convirtiéndose en la primera opción de los agricultores por sus dos importantes caracteres: tolerancia a la sequía y mejor aprovechamiento del nitrógeno.
Al igual que millones de pequeños agricultores africanos, muchos kenianos tienen que batallar con el problema de la escasa fertilidad del suelo. Dados sus escasos recursos económicos, no tienen la posibilidad de aplicar las dosis recomendadas de fertilizante para aumentar la productividad de sus sembradíos. Esta situación es exacerbada por las lluvias erráticas que aumentan las probabilidades de que las cosechas se malogren y de que los rendimientos bajen. Además, muchos productores dependen del maíz no solo para producir sus alimentos sino también para generar ingresos.
Para ayudar a los agricultores a mitigar los problemas de la escasa fertilidad del suelo y la sequía, el proyecto del CIMMYT Maíz mejorado para los suelos de África (IMAS) dio apoyo a una compañía semillera keniana para que produzca semilla de los progenitores del híbrido WH507. La meta es aumentar la disponibilidad de este insumo y asegurarse de que los agricultores puedan adquirirla al precio actual en el mercado de 410 chelines kenianos (4 dólares) por paquete de dos kilogramos.
Western Seed Company, la única distribuidora de esta semilla, planea producir 1,000 toneladas de semilla. Ha emprendido también varias actividades para aumentar la adopción del híbrido entre los agricultores de Kenia occidental. Con tal propósito, en 2014, Western Seed llevó a cabo demostraciones en 1,200 parcelas durante la temporada corta de lluvias para que los agricultores evaluaran la variedad.
La agricultura Azbetta Ogembo, viuda y madre de siete hijos, dijo estar gratamente sorprendida cuando sembró WH507 por primera vez.
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