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Si preservamos la semilla de maíz, preservamos también la cultura: una milpa en El Batán

Personal del CIMMYT ayuda de manera voluntaria en las actividades para sembrar una milpa. Foto: Archivos del CIMMYT
Personal del CIMMYT ayuda de manera voluntaria en las actividades para sembrar una milpa.
Foto: Archivos del CIMMYT

A fin de promover el conocimiento de los orígenes del maíz y la cultura entre visitantes y personal del CIMMYT —un elemento integral para la conservación de los recursos genéticos de este importante cereal—, se destinó una pequeña parcela junto al banco de germoplasma en México para sembrar una milpa tradicional, un sistema de cultivo milenario de maíz, frijol, calabaza y chile, tres ingredientes en la alimentación de la civilización precolombina en Mesoamérica, incluidas las regiones de México y Centroamérica.

“La milpa es un sistema tradicional ecológicamente sustentable y balanceado en el que cada cultivo tiene un papel importante”, dice Carolina Camacho, investigadora principal del Programa de Socieconomía del CIMMYT que está ayudando en las actividades para establecer la milpa. “El frijol, por ejemplo, compensa los nutrientes que el maíz extrae del suelo; la calabaza ayuda a controlar las malezas y retiene la humedad, y los tres aportan un complemento balanceado de proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales, que ha sido la base de la dieta de la población mexicana.”

La domesticación del maíz, que los agricultores han hecho por milenios, ocurrió a la par que la domesticación de la calabaza (Cucurbita spp.) y el frijol (Phaseolus spp.). Desde la época prehispánica, estas “tres hermanas” han sido cultivadas en milpas, un término náhuatl con que se conoce al complejo agroecosistema de producción de maíz y que tradicionalmente incluye chile (Capsicum spp.).

Al igual que las variedades de maíz mejoradas por los agricultores, la milpa es un componente muy arraigado en la cultura mesoamericana y ha sido propuesta como patrimonio cultural inmaterial de México por las comunidades indígenas del estado de Chiapas. “Para preservar la diversidad del maíz es necesario conocer la cultura que la creó”, opina Cristian Zavala, asistente de investigación del banco de germoplasma. “Nosotros ya conservamos la semilla, y con la milpa ayudaremos a difundir y preservar la cultura.”

Diversidad para mejorar la semilla del mañana
El principal atractivo para las más de 1,000 personas que visitan las instalaciones del CIMMYT en El Batán cada año es el banco de germoplasma, donde se resguarda la colección de maíz más grande del mundo, que consta de más de 28,000 muestras de semilla única de diversos colores, texturas y orígenes. Mucho de este material proviene de Mesoamérica —que abarca la zona centro de México, Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y el norte de Costa Rica, el centro de domesticación y diversificación del maíz.

Todo el mundo muy ocupado en la preparación de la tierra. Foto: Denise Costich/CIMMYT
Todo el mundo muy ocupado en la preparación de la tierra.
Foto: Denise Costich/CIMMYT

La colección de maíz que el banco del CIMMYT mantiene en custodia para la humanidad y pone a disposición de investigadores y agricultores, sin costo, contiene una vasta diversidad genética de maíz tropical, según Denise Costich, jefa del banco de germoplasma de maíz. “Esta diversidad ha sido de gran ayuda para el mejoramiento de maíz del CIMMYT por más de medio siglo y será clave para hacer frente a problemas como los de la evolución de las enfermedades, la desnutrición y el cambio climático en el futuro”, agrega. “Ahora utilizamos avanzadas herramientas de la tecnología de ADN para encontrar los caracteres que necesitamos”.

Uno de los miembros de la organización de agricultores de Tlaxcala, México, se prepara para empezar a sembrar. Foto: Denise Costich/CIMMYT
Uno de los miembros de la organización de agricultores de Tlaxcala, México, se prepara para empezar a sembrar.
Foto: Denise Costich/CIMMYT

La siembra de la milpa, un proyecto en el que de manera voluntaria participa personal del CIMMYT, dio inicio el 7 de marzo con la preparación de la tierra. Como complemento de la milpa, hay planes de construir un cuezcomate: un almacén tradicional de maíz en algunas regiones de México. Ambas actividades se realizan con la supervisión de un grupo de agricultores mexicanos de la localidad Vicente Guerrero, en el estado de Tlaxcala, quienes, para preservar las variedades criollas de maíz, promulgaron una ley estatal de protección y organizan una feria anual para difundir información y fomentar el uso de semilla criolla de maíz y otros cultivos.

Las personas que quieran saber más sobre el proyecto o ayudar, pueden ponerse en contacto con Carolina Camacho (c.camacho@cgiar.org) o Denise Costich (d.costich@cgiar.org). En InsideCIMMYT encontrarán también una sección denominada “Milpa Blog”.