La semilla es el fundamento del trabajo que hace el CIMMYT. Los envíos no restringidos de semilla, que entran y salen del país, dependen de la capacidad del CIMMYT y sus colaboradores de mantener los materiales libres de patógenos y de documentar de manera adecuada su sanidad. Con objeto de promover la estandarización de protocolos para el análisis y diagnóstico fitosanitario de semilla de maíz y trigo, del 29 de noviembre al 3 de diciembre, 11 técnicos mexicanos asistieron a un taller que se impartió en El Batán.
Monica Mezzalama, Jefa del Laboratorio de Sanidad de Semilla del CIMMYT, lideró el taller en el que participaron técnicos representantes de comités estatales de sanidad vegetal y del INIFAP. Los técnicos, procedentes de 10 estados mexicanos, permanecieron gran parte del tiempo en el laboratorio de El Batán, donde conocieron y aplicaron diferentes métodos para detectar hongos, bacterias y virus que se transmiten por semilla en trigo y maíz. Estos métodos podrán ser aplicados por los mismo técnicos en sus propios laboratorios para asegurar la viabilidad y sanidad de la semilla.
El martes 30 de noviembre, los participantes hicieron una pausa en su trabajo de laboratorio para disfrutar del aire fresco de la estación en Tlaltizapán, donde sus anfitriones les mostraron cómo aplican los procedimientos de inspección en campo y recolección de muestras. El curso se concentró en enfermedades prevalentes en México e incluyó presentaciones de Monica Mezzalama y de dos ponentes invitados: Ana María Hernández, fitopatóloga, y Gustavo Mora, experto en epidemiología vegetal, ambos profesores del Colegio de Postgraduados Texcoco, México.
Este taller fue el primero de su clase y dados los comentarios tan positivos de los participantes, es posible que continúe impartiéndose cada año. Muchas gracias a todos quienes hicieron posible el taller, en especial a Noemí Valencia, Supervisora del Laboratorio de Sanidad de Semillas; Gabriela Juárez, Asistente de Investigación; Laura Rodríguez, Asistente de la Oficina de Capacitación; y Óscar Bañuelos, superintendente de la estación Tlaltizapán.