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Reducir al mínimo las pérdidas de rendimiento con la agricultura de conservación

Diferencia notoria entre la agricultura de conservación (izq) y labranza convencional (der) en el ciclo invierno 2014-2015 en Karnal, Haryana. Foto: Suresh Kakraliya, estudiante de doctorado
Diferencia notoria entre la agricultura de conservación (izq) y labranza convencional (der) en el ciclo invierno 2014-2015 en
Karnal, Haryana. Foto: Suresh Kakraliya, estudiante de doctorado

El año pasado, la variabilidad climática —lluvias a destiempo— fue devastadora en el noroeste de la India. La lluvia a mediados de temporada causó pérdidas masivas durante el ciclo invierno 2014-2015. Al comienzo de la temporada, la estudiante Sakshi Baliyan hizo un estudio de caso de la adaptación del trigo a los riesgos climáticos en Karnal, como parte de un proyecto de pasantía patrocinado por CIMMYT-CCAFS. Mediante el proyecto evaluó las pérdidas de rendimiento para mostrar la diferencia que hace la labranza cero cuando llueve fuera de temporada.

El estudio se concentró en la vulnerabilidad de los rendimientos de trigo cuando llueve a mediados del ciclo de cultivo, haciendo una comparación entre la agricultura convencional y la agricultura de conservación (AC). Para crear una base de datos, durante los ciclos de invierno 2013-2014 y 2014-2015, se recolectaron los datos de rendimiento de 100 agricultores elegidos al azar, que producen trigo con labranza convencional y agricultura de conservación en 14 aldeas climáticamente inteligentes (ACI) en el distrito de Karnal, estado de Haryana.

Los resultados revelaron que los rendimientos aumentaron en los sistemas donde se utilizaron las prácticas de la AC (6% más en 2013-2014 y 13% más en 2014-2015) en comparación con los de labranza convencional. También se encontró que los agricultores que sembraron con labranza convencional en el invierno 2014- 2015, cuando las lluvias fueron tardías y abundantes, tuvieron pérdidas promedio de 19%, en tanto que las pérdidas promedio de los que sembraron con AC fueron de solo 10%, en las mismas localidades.

Estos resultados interesantes indican que el siguiente paso debe ser introducir las prácticas de la agricultura climáticamente inteligente (PACI) en la toma de decisiones. Deberá realizarse un estudio más a fondo para verificar los resultados y proponer políticas que favorezcan al medioamiente y a los agricultores a nivel estatal y nacional. Es necesario contar con políticas que calculen los subsidios y las compensaciones considerando las prácticas agronómicas de los agricultores, para motivarlos a que utilicen las PACI. De esta manera no solo reducirán sus pérdidas en tiempos de incertidumbre, sino que también obtendrán ganancias cuando el tiempo es propicio.