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Por qué las pruebas tempranas en campo podrían transformar el mejoramiento genético en África

Evaluar variedades en parcelas de agricultores desde etapas tempranas puede alinear el mejoramiento con la realidad de los pequeños productores, aumentando la eficiencia y el impacto.

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(Foto: CIMMYT).

Más del 80 % de las 570 millones de explotaciones agrícolas del mundo son pequeñas parcelas de menos de dos hectáreas, fundamentales para la economía rural en regiones empobrecidas. Los pequeños agricultores, que representan una parte importante de las 690 millones de personas que sufren inseguridad alimentaria, necesitan variedades mejoradas de cultivos para prosperar en condiciones adversas, como el uso limitado de insumos, el cambio climático y la presencia de plagas. 

Desafíos del mejoramiento para los pequeños agircultores 

Especialmente en las etapas iniciales, los programas de mejora enfrentan a dificultades para replicar las diversas condiciones  y los recursos limitados de las parcelas de los pequeños agricultores, que constituyen  la población objetivo de ambientes (TPE, por sus siglas en inglés). Esta categoría abarca todas las localidades donde se cultivarán nuevas variedades, y se caracterizan por distintas condiciones biofísicas, estreses ambientales y prácticas agrícolas. 

Las estaciones experimentales convencionales, donde se evalúan los materiales genéticos, no reproducen plenamente las condiciones reales de los pequeños productores. Prácticas comunes como el control manual de malas hierbas o los cultivos intercalados suelen faltar en estas estaciones. Esta discrepancia puede generar predicciones imprecisas sobre el rendimiento de las variedades en el campo y llevar al descarte de materiales potencialmente exitosos. 

Pruebas tempranas en campo con diseño disperso (Early-Stage On-Farm Sparse Testing,OFST) 

La metodología OFST propone trasladar la evaluación de variedades a cientos de parcelas de agricultores desde las etapas iniciales, abordando dos retos clave: en primer lugar, permite evaluar los cultivos bajo condiciones reales de manejo agrícola y, en segundo lugar, capta la diversidad del TPE al llevar a cabo ensayos en una amplia variedad de parcelas. 

Utilizando diseños tipo “granja como bloque incompleto” (farm-as-incomplete-block, FAIB), cada agricultor evalúa entre 3 y 5 variedades candidatas, lo que se ajusta al tamaño de sus parcelas y a sus recursos. Una matriz de relaciones genómicas conecta los ensayos entre fincas, lo que permite comparar ubicaciones y mejorar la precisión de la selección al compartir información. Esta estrategia reduce la necesidad de replicaciones, permite evaluar más variedades candidatas y mejora la eficiencia del mejoramiento genético, al tiempo que acelera la reutilización de progenitores. La diversidad entre los pequeños productores es amplia, por lo que un muestreo cuidadoso permite la participación de agricultores de distintos perfiles, incluyendo parcelas pequeñas, productores con bajos recursos y mujeres. 

(Foto: CIMMYT).

Evaluaciones en campo y en estación: enfoques complementarios 

Las pruebas tempranas en el campo complementan, pero no reemplazan, los ensayos en estaciones experimentales. Las evaluaciones controladas de rasgos como la resistencia a enfermedades o la tolerancia a estreses abióticos siguen siendo esenciales. Sin embargo, los resultados del OFST pueden ayudar a ajustar los ensayos en estaciones para que representen mejor la realidad agrícola. 

Para ampliar esta metodología, se requieren alianzas sólidas entre el CGIAR, los sistemas nacionales de investigación agrícola (NARES) y los agricultores, con una gestión descentralizada de los ensayos. La participación de los productores debe ser voluntaria y deben recibir una compensación por los riesgos asumidos. Además, se requiere una inversión considerable de recursos y una buena coordinación para garantizar la representatividad y fiabilidad de los datos generados. 

A pesar de estos desafíos, el OFST tiene un gran potencial transformador. Alinear el mejoramiento con las realidades de los pequeños productores puede acelerar la entrega de variedades mejoradas,  lo que contribuirá a fortalecer la seguridad alimentaria de las personas que más lo necesitan.