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Osos polares y permafrost: salvaguardar semilla de maíz y trigo por si ocurriera una catástrofe mundial

jan01El CIMMYT mandó recientemente tres toneladas de semilla de maíz y trigo a la “bóveda del juicio final”, cerca del Polo Norte, con objeto de resguardar el material y la valiosa diversidad genética que contiene para las futuras generaciones.

El 22 de enero de 2008, el CIMMYT envió más de 160 cajas de semilla para su almacenamiento a largo plazo en la Bóveda Global de Semilla de Svalbard en Noruega (Svalbard Global Seed Vault, Norway). El embarque, de aproximadamente 3 toneladas, contenía 10,000 colecciones de semilla de maíz y 47,000 de trigo, que mantiene en custodia el CIMMYT. “Esto representa apenas una tercera parte de la toda la colección de los recursos genéticos del Centro”, informa Tom Payne, jefe de recursos genéticos de trigo del CIMMYT. La remesa forma parte de las más de 230,000 muestras de semilla de variedades de cultivos que este mes se mandaron para almacenamiento en la bóveda de los bancos de germoplasma de los Centros del Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (Consultative Group on International Agricultural Research, CGIAR), , ONG y colecciones de programas nacionales.

La frágil semilla a resguardo

Como todo agricultor sabe, la semilla es la base del suministro mundial de alimentos. Para los fitomejoradores, la semilla también contiene la diversidad genética que se necesita para proteger los cultivos de condiciones adversas, como la sequía y el calor, o de nocivas plagas y enfermedades. Sin embargo, mientras que la diversidad genética fortalece los cultivos y los protege de estos flagelos, la semilla que le da vida es relativamente vulnerable. En 1998, por ejemplo, las inundaciones que provocó el huracán Mitch destruyeron la semilla de maíz de los agricultores hondureños y de una institución nacional encargada de su conservación. Otro caso que puede referirse es que durante la crisis económica de la “década perdida” en Latinoamérica, en los años 1980, muchos bancos nacionales de semilla carecían de fondos para conservar adecuadamente las colecciones únicas de razas criollas de maíz que dejaron de sembrarse en los campos de los agricultores.

“En ambos casos, ayudamos a reponer o regenerar las colecciones que se perdieron o que corrían el riesgo de perderse, aunque estos y otros casos ilustran la fragilidad natural de la semilla y la necesidad de que exista una multitud de respaldos”, comenta Suketoshi Taba, jefe de recursos genéticos de maíz del CIMMYT. Las propias colecciones de semilla del Centro se mantienen a baja temperatura constante y poca humedad, en una fortaleza de concreto en las instalaciones del CIMMYT en El Batán. La construcción es a prueba de terremotos, fallas de energía eléctrica, ataques de insectos o roedores y otros riesgos.

Alimentos y diversidad para futuras generaciones

La bóveda de Svalbard, cuya inauguración está programada para el 27 de febrero de 2008, prové otro grado de seguridad. La bóveda fue construida por el gobierno de Noruega como un servicio a la comunidad mundial, y su operación será financiada por el Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos (Global Crop Diversity Trust). El propósito al construirla es garantizar que las colecciones de semilla queden a resguardo en caso de cataclismos, desastres naturales, guerras nucleares, accidentes, mala administración o cortes no previstos de presupuesto. Cavada entre rocas y permafrost en una isla donde deambulan los osos polares, la bóvedad puede contener semilla por cientos y, en el caso de algunas especies, por miles de años.

El propio banco de germoplasma del CIMMYT alberga más de 140,000 colecciones de trigo y sus parientes silvestres de más de 100 países: la colección unificada más grande en el mundo de un solo cultivo. En cuanto al maíz, hay en el Centro más de 25,000 colecciones únicas de semilla, incluida la colección más grande del mundo de razas criollas de maíz (variedades tradicionales de los agricultores) y muestras de parientes silvestres (teosintle y tripsacum spp.) y de variedades mejoradas. Las colecciones de maíz representan casi 90% de la diversidad del maíz en las Américas, el hemisferio donde se originó este cultivo. “Gran parte de las colecciones de semilla se mantienen “en custodia”, es decir, almacenadas a largo plazo en beneficio de la humanidad y libres de cualquier restricción en materia de propiedad intelectual”, según Masa Iwanaga, Director General del CIMMYT. El CIMMYT acata los términos del Tratado Internacional sobre Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, que firmaron más de 50 países en 2004.

Aunque en ocasiones han sido de utilidad para reabastecer las colecciones de nuestros colaboradores, en casos de catástrofe, por ejemplo, las colecciones del banco de germoplasma del CIMMYT se utilizan mayormente en la investigación que realiza la institución por cuenta propia y con otros colaboradores. Cada año el Centro envía muestras de semilla de más 5,000 genotipos, en respuesta a las solicitudes de más de 100 investigadores de numerosos países en el mundo. Las colecciones del banco han sido utilizadas como fuente de genes para resistencia a las enfermedades y las plagas que afectan al maíz y el trigo, así como tolerancia a problemas como el de la sequía o los suelos infértiles.

“La semilla de maíz que mandamos a Svalbard incluye colecciones que se han respaldado en el CIMMYT durante los pasados 15 años, como parte de un programa cooperativo destinado a regenerar la semilla en peligro de extinción de los bancos de germoplasma en Latinoamérica”, informa Taba. La remesa de semilla de trigo a la bóveda contenía muestras de colecciones que se han regenerado en los dos últimos años, según Payne. “El CIMMYT continuará mandando remesas anuales de muestras de materiales regenerados hasta que se haya respaldado toda la colección de semilla de maíz y trigo en Svalbard”, reporta Payne.