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Maíz sin fronteras: Reformas a las políticas del sector dedicado a la semilla de maíz para cubrir las necesidades de los agricultores africanos

CIMMYT E-News, vol 5 no. 10, octubre 2008

Legisladores de alto rango de África Subsahariana hacen recomendaciones para que se emprendan acciones políticas que apoyen una serie de reformas en el sector dedicado a la semilla de maíz. Un asunto que debe tratarse es cómo mejorar el acceso de millones de pequeños agricultores a semilla de maíz de calidad y bajo precio, el producto básico de la región. El CIMMYT tiene mucho que ver en esto.

En el ciclo 2006-2007, 82 compañías semilleras de maíz acreditadas produjeron gran parte del volumen que alcanzó apena 100,000 toneladas de semilla de las variedades de maíz mejoradas que se comercializaron en los principales países productores en el este y el sur de África (no incluida Sudáfrica). Con esto se sembró 35% de la superficie dedicada al cultivo de maíz en esos países.

Un estudio reciente del CIMMYT reveló que las restrictivas políticas nacionales, la falta de crédito, la inadecuada infraestructura para producir semilla, número insuficiente de variedades liberadas del sector público y las desafiantes circunstancias del mercado, fueron las principales razones porque el crecimiento del sector de semilla de maíz es lento en muchos países africanos. Lo peor de todo es que esta situación contribuye de manera significativa a la seguridad alimentaria y los ingresos de la gente de pobre de África.

“La buena noticia es que a la fecha se ha cuadruplicado el número de compañías de semilla, comparado con el que teníamos hace 10 años, y se ha incrementado el suministro de semilla, de 26 a 35% de la superficie total sembrada con maíz”, dice Augustine Langyintuo, socioeconomista del CIMMYT. “Sin embargo, sigue existiendo una significativa demanda de semilla que no se ha cubierto, y esto pone de relieve la necesidad de formular políticas nuevas en pro de un sistema eficaz de producción, proceso y comercialización de semilla.”

En 2007 Langyintuo dirigió el estudio mencionado en párrafos anteriores para caracterizar a los proveedores de semilla e identificar los cuellos de botella en el suministro de semilla en el este y el sur de África. Participaron en total 117 representates de empresas semilleras, programas nacionales de investigación y OSC/ONG, y se recopilaron datos referentes a los sectores de la semilla en Angola, Etiopía, Kenia, Malaui, Mozambique, Sudáfrica, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbabue.

En julio de 2008, se reunieron en Nairobi, Kenia, más de 60 legisladores de alto rango de ministerios de agricultura, empresas privadas del sector de la semilla, asociaciones comerciales y bloques comerciales regionales de países de África Subsahariana, e hicieron recomendaciones sobre formas de facilitar el acceso de los agricultores a semilla de variedades mejoradas de maíz tolerantes a la sequía, mediante acciones políticas en favor de la producción, la liberación y la comercialización de estas variedades. Estaban de acuerdo con las conclusiones del estudio que se hizo en 2007 sobre el sector dedicado a la semilla.

Entender los obstáculos

Los resultados principales indicaron que la necesidad de invertir capital y la escasez de personal calificado obstaculizan el crecimiento de las pequeñas empresas semilleras locales que surgieron en la pasada década, según Langyintuo. “Los costos de instalar y atender una oficina, reclutar y retener al personal calificado, y buscar un sitio adecuado desde donde efectuar y supervisar la producción, el proceso y el almacenaje, están fuera de las posibilidades de muchos empresarios de la región, y el acceso a créditos de operación es limitado o inexistente”, dice.

Hasta 60% del presupuesto de operación de las empresas se destina a la producción de semilla. Por tanto, las compañías semilleras necesitan disponer de crédito en el mediano y largo plazos para producir semilla suficiente que cubra la demanda de los agricultores. Comercializar la semilla es también costoso. “La mayoría de las empresas depende de intermediarios, como agrocomerciantes, grandes almacenes distribuidores, ONG, o del gobierno, para revender su semilla”, comenta Langyintuo. “La mayoría de los agrocomerciantes no cuentan con capital para comprar semilla y por tanto la toman en consignación, lo cuala obliga a las compañías a aceptar la devolución de la semilla que no se venda, al costo. Los comerciantes por lo general no tienen conocimientos suficientes acerca de la semilla que venden para poder promoverla de manera efectiva, y se ha sabido que algunos de ellos la mezclan con grano normal.”

Entre algunos otros obstáculos que se identificaron están los engorrosos trámites de liberación de variedades, los reglamentos para registrar la semilla, asi como la enclenque base de los productyores, el lento acceso a germoplasma mejorado, los precios no competitivos en los mercados locales de grano, la baja tasa de adopción de variedades mejoradas, las restricciones en el comercio exterior de semilla y la inadecuada infraestructura (caminos en mal estado y sitios de almacenaje inadecuados).
Qué acciones políticas se necesitan

Que los agricultores obtengan la semilla que quieren, se necesita la participación de una serie de actores en el sector de la semilla de maíz, así como una exhortación para que se tomen acciones políticas específicas. Quienes participaron en la junta de julio de 2008 identificaron formas en que los gobiernos y los centros internacionales, como el CIMMYT y el Instituto Internacional de Agricultura Tropical (International Institute of Tropical Agriculture, IITA) pueden dar ayuda y apoyo a las compañías semilleras que operan hoy día, para que mejoren sus resultados y ganancias.

“El gobierno está dando apoyo al sector dedicado a la semilla de maíz por conducto de iniciativas como las de incrementar el financiamiento destinado a la investigación y la extensión agrícola, la capacitación de agroempresarios y la formulación de la Política Nacional de la Industria de la Semilla”, confirma Japheth Mbiuki, Ministro Auxiliar de Agricultura de Kenia.

“Las compañías semilleras se beneficiarían si tuvieran acceso a una amplia gama de variedades de maíz, buenos sitios de producción, insumos a precios razonables y capacitación en prácticas comerciales efectivas”, agrega Langyintuo. Normalmente el CIMMYT distribuye sus variedades experimentales a quien los solicite, sin costo, pero si a las empresas se les otorgara algún grado de exclusividad en el uso de aquellas, esto facilitaría ponerles una marca y promover su venta. Esto desde luego tendría que adaptarse a los contextos específicos de cada país y empresa, considera Langyintuo.

Maíz sin fronteras
Ningún países es una isla, y con el crecimiento de la integración regional de las economías en el mundo, tiene sentido que la región comience a comportarse como una de ellas y desarrolle su sector destinado a la semilla de maíz. Los bloques de comercio regionales como el Mercado Común de África Oriental y Austral (COMESA) son fundamentales. “Entre las acciones y metas específicas que los gobiernos de los países deben emprender figuran una mayor asignación de recursos económicos (al menos 10% de sus presupuestos nacionales) para el desarrollo agrícola y la armonización de las normas que rigen los sectores de la semilla regionales”, enfatiza el embajador Nagla El-Hussainy, Secretario General Auxiliar de COMESA. “Esto mejorará la proporción de liberación de variedades, bajará los costos de los trámites oficiales, aumentará el comercio de variedades mejoradas y, finalmente, la adopción por parte de los agricultores.” En África Oriental, por ejemplo, las políticas nacionales para la semilla de Kenia, Uganda y Tanzania están en varias fases de formulación y el plan es armonizarlas en breve.

“Se necesitan estrategias de comercialización y manejo de riesgos eficaces, que protejan el suministro de semilla en los países y estabilicen e incrementen la producción de maíz en la región”, asegura Marianne Bänziger, Directora del Programa Global de Maíz del CIMMYT. “Las estrategias aminorarán el impacto de las flucturaciones de la sequía y de la producción nacional, que son algunos de las difíciles realidades a las que hacen frente tanto los agricultores como los consumidores.”

“Donde sea aplicable, hacer pruebas de distinción, uniformidad y estabilidad en todos los ensayos nacionales que se siembren, haría más expedita la liberación de variedades”, añade Langyintuo.

“Informar a los agricultores de la utilidad y la disponibilidad de variedades nuevas puede hacerse por medio de un sistema de mensajes que transmitan los servicios de extensión, demostraciones generalizadas y mejores redes de comercialización masiva.”

En palabras de Richard Amoussou, Secretario Auxiliar en el Ministerio de Agricultura de Benin: “Los vínculos entre los productores de semilla (comunitarios) y las compañías semillas deberán reforzarse por medio de contratos. De esta manera se asegurará la producción de semilla de calidad y que se venda a las compañías semilleras, que finalmente son las que distribuirán la semilla a los agricultores, mejorando así su acceso.”

“La simplificación del sector destinado a la semilla beneficiará directamente la productividad y los ingresos de los pequeños agricultores y, en consecuencia, habrá más alimentos al alcance de los consumidores, un hecho significativo dado el escenario de la actual crisis alimentaria mundial”, concluye Bänziger. Ella afirma que esto es crucial, dados los desafíos paralelos de la crisis mundial de los precios de los alimentos y las sequías más frecuentes por el cambio climático.

Para más información: Augustine Langyintuo, Socioeconomista (a.langyintuo@cgiar.org)