Miriam Shindler
La desnutrición y la deficiencia de micronutrientes, causantes de ceguera y retraso del crecimiento, alta mortalidad infantil y materna, así como bajo cociente intelectual, son problemas que alcanzan niveles epidémicos en algunas regiones de Asia. La base de la dieta de los habitantes de Asia son el maíz, el arroz y el trigo, pero estos cultivos alimentarios no cubren los requerimientos dietéticos diarios y carecen de vitamina A y micronutrientes esenciales como hierro, vitamina A y cinc.
Las variedades biofortificadas de maíz son materiales mejorados a los que se han añadido concentraciones considerables de micronutrientes esenciales. En Asia el maíz es utilizado principalmente para alimentar ganado, pero el consumo humano va en aumento. Durante la 12a Conferencia sobre Maíz para Asia, científicos resaltaron varias intervenciones colaborativas para utilizar la variedad genética del maíz en el desarrollo de maíz biofortificado. Parte de esta investigación ha sido la promoción del maíz biofortificado en zonas rurales y la creación de nuevos productos alimenticios. Los beneficios nutricionales del maíz biofortificado se obtienen directamente al consumir grano de maíz o indirectamente cuando comemos huevo de gallinas que son alimentadas con maíz biofortificado con provitamina A (ProVA). Si los agricultores lo utilizaran para alimentar a su ganado podrían también obtener beneficios económicos.
Las actividades de mejoramiento en Asia actualmente se concentran en el maíz con calidad proteica (QPM) y variedades fortificadas con ProVA. El QPM fue desarrollado por la Dra. Evangelina Villegas y el Dr. Surinder Vasal, excientíficos del CIMMYT y Premio Mundial de la Alimentación 2000. Las líneas puras de QPM del CIMMYT se han utilizado en varios programas fitotécnicos en China, India, Vietnam y otros países.
Resultados de iniciativas coordinadas entre científicos del CIMMYT y sus numerosos colaboradores, como parte del componente HarvestPlus, han mostrado que el mejoramiento para aumentar las concentraciones de ProVA es especialmente prometedor por la variación genética que existe en el germoplasma de maíz. Los nuevos híbridos liberados en 2012 en Zambia contenían 400% más de ProVA que el maíz de grano amarillo normal, una característica valiosa para la salud de los consumidores.