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La innovación lleva a una nueva Revolución Verde en el Sur de Asia

Hace 50 años, los economistas y los expertos en población predijeron que millones de personas estaban a punto de morir de hambre.

Líderes agrícolas de todo el sur de Asia se reunieron recientemente en Dhaka, Bangladesh, para crear una hoja de ruta sobre cómo ayudar a los agricultores a hacer frente al cambio climático y satisfacer la demanda de alimentos en el futuro. Foto: CIMMYT/ M. DeFreese
Líderes agrícolas de todo el sur de Asia se reunieron recientemente en Dhaka, Bangladesh, para crear una hoja de ruta sobre cómo ayudar a los agricultores a hacer frente al cambio climático y satisfacer la demanda de alimentos en el futuro. Foto: CIMMYT/ M. DeFreese

Hace 50 años, los economistas y los expertos en población predijeron que millones de personas estaban a punto de morir de hambre.

Estudiosos, como Paul Ehrlich en su libro The Population Bomb, predijeron que la India y otros países asiáticos serían los más afectados en las décadas de 1970 y 1980 debido a las altas tasas de crecimiento poblacional en esa región.

Se esperaba que hubiera hambre y malnutrición generalizadas en el Sur de Asia a causa de las numerosas sequías que padecieron la India y sus países vecinos, pero eso nunca sucedió.

Al contrario, en Asia los rendimientos de arroz y trigo casi se duplicaron a partir de los años de 1960 hasta la década de 1990, los precios de los granos disminuyeron, la gente empezó a consumir casi 33% más calorías y la tasa de pobreza se redujo a la mitad –pese a que la población aumentó en un 60%.

Las variedades mejoradas de arroz y de trigo, el uso de fertilizantes y el riego, junto con políticas públicas en apoyo a la agricultura, causaron ese dramático aumento de la producción de alimentos y el desarrollo humano que se conocería como la Revolución Verde.

Hoy día, el Sur de Asia enfrenta retos nuevos que son igualmente abrumadores. Las Naciones Unidas predice que, para el 2050, la población mundial aumentará en más de dos mil millones de personas, 30% de las cuales vivirán en el Sur y Sureste de Asia. Asimismo, esas regiones son las que se verán más afectadas por los efectos del cambio climático, como las lluvias variables y las inundaciones extremas.

Es probable que durante este siglo los rendimientos de trigo, maíz y arroz en el Sur de Asia disminuyan hasta en un 30%, a menos que los agricultores adopten medidas innovadoras que mitiguen las altas temperaturas y los cambiantes regímenes pluviales.

Los líderes de la agricultura en todo el Sur de Asia se reunieron recientemente en Dhaka, Bangladesh, a fin de crear un plan dirigido a ayudar a los agricultores a enfrentar el cambio climático y, al mismo tiempo, satisfacer la demanda de alimentos en el futuro.

Según M.L. Jat, científico principal del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y co-autor de un reciente informe de política que describe el diálogo político en Bangladesh, “Es necesario transformar la agricultura en el Sur de Asia, como sucedió durante la Revolución Verde. Se requiere un manejo holístico y un uso más eficiente de recursos para proteger el suelo, el agua y la calidad del aire y así mejorar tanto la agricultura como la salud humana”.

Las actuales políticas públicas de la región subsidian los agroquímicos, el riego y la labranza no sustentable, lo cual es un gran obstáculo para los numerosos productores que promueven la intensificación sustentable (una serie de prácticas que adaptan los sistemas agrícolas al cambio climático y se utilizan para manejar de manera sustentable los suelos, los nutrientes y los recursos hídricos) como una opción que sustituye las prácticas que destruyen el medio ambiente.

Los que abogan por la intensificación sustentable en el Sur de Asia han encontrado que la agricultura de conservación (un paradigma sustentable que se basa en los principios de movimiento mínimo del suelo, cobertura permanente del suelo y el uso de la rotación de cultivos para mantener e incrementar los rendimientos, incrementar las utilidades y proteger el medio ambiente) podría expandirse mucho más y así beneficiar a los agricultores de toda la región.

En el Sur de Asia, la agricultura de conservación empezó a ser adoptada y utilizada para cultivar trigo con labranza cero a mediados de los años 1990; desde entonces esta práctica se ha propagado y ahora cubre más de 5 millones de hectáreas, principalmente en la India. Durante ese tiempo, también fueron adoptadas niveladoras de tierra de precisión que están equipadas con cubetas de arrastre guiadas por láser que nivelan los campos para que el agua cubra el suelo de manera uniforme, en vez de escurrirse o estancarse en tierra no nivelada; esto aumentó el impacto de la agricultura de conservación de manera significativa.

“Cuando estas tecnologías se utilizan junto con semilla mejorada como HD-2967, Munal y HDCSW 18, esto beneficia a los agricultores aún más”, explica Jat.

Pese a esta expansión, la agricultura de conservación es practicada solo en el 2% de la tierra arable del Sur de Asia, y son muy pocos agricultores los que adoptan todas las prácticas de la intensificación sustentable que son necesarias para aumentar la producción y, al mismo tiempo, conservar el medio ambiente.

“Aunque algunas prácticas como el cultivo de trigo con labranza cero se han vuelto muy populares, el cultivo de arroz en campos inundados sigue siendo muy común y es uno de los principales obstáculos que impiden la adopción de la agricultura de conservación en los sistemas de cultivo intensivo e irrigado de arroz-trigo del Sur de Asia”, dice Jat.

Las políticas que animan a los agricultores de pocos recursos a experimentar con la agricultura de conservación (como las que garantizan pagos en efectivo si sus cultivos se malogran o que les dan acceso gratuito a máquinas de cero labranza) pueden dar a las personas los incentivos y la protección que necesitan para cambiar de forma permanente el modo en que practican la agricultura.

Además de comprometerse a seguir estas políticas, los delegados en Bangladesh declararon que la agenda de desarrollo del Sur de Asia debe basarse en la agricultura de conservación y la intensificación sustentable, no solo para mejorar la seguridad alimentaria nacional, sino también para cumplir con sus obligaciones internacionales.

“Si no logramos que la agricultura en el Sur de Asia sea sustentable, no podremos cumplir con los compromisos internacionales en las áreas del cambio climático, la pobreza y el medio ambiente, incluyendo los Objetivos de Desarrollo Sustentables”, dice Raj Paroda, presidente del Fideicomiso para el Avance de las Ciencias Agrícolas (TAAS).

En la reunión, los delegados hicieron un llamado a incrementar el financiamiento de la agricultura de conservación y el trabajo de la intensificación sustentable, y señalaron la necesidad de incorporar esas prácticas en las iniciativas existentes de desarrollo agrícola financiadas con fondos públicos.

Finalmente, los delgados crearon una plataforma en la que los líderes regionales, los centros nacionales de investigación agrícola, los donadores y las organizaciones internacionales de investigación podrán compartir sus conocimientos, éxitos, nuevas tecnologías y experiencias.

 

Haga clic aquí si desea leer todo el informe de políticas emitido por la reunión sobre la Expansión de la Agricultura de Conservación para la Intensificación Sustentable en el Sur de Asia.