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Impulsar los rendimientos y al mismo tiempo evitar la propagación de las enfermedades del trigo

El Dr. Julio Huerta, patólogo experto en royas y científico adjunto (asignado por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Agropecuarias (INIFAP)/Investigador de Trigo y Avena INIFAP CIRCE CEVAMEX).
El Dr. Julio Huerta, patólogo experto en royas y científico adjunto (asignado por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Agropecuarias (INIFAP)/Investigador de Trigo y Avena INIFAP CIRCE CEVAMEX). Foto: Suzanne Lundin-Ross

El trigo proporciona cerca del 20% de la ingesta calórica de la población mundial. Lograr una buena cosecha de trigo es complicado a causa de la rápida propagación de enfermedades virulentas que constituyen una amenaza para la producción, así como de la escasez de tierra cultivable.

El Dr. Julio Huerta, patólogo experto en royas y científico adjunto (asignado por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Agropecuarias (INIFAP)/Investigador de Trigo y Avena INIFAP CIRCE CEVAMEX).

Dos científicos del programa de mejoramiento de trigo del CIMMYT trabajan en el desarrollo y perfeccionamiento de variedades rendidoras y resistentes a enfermedades.

Ravi Singh , Jefe del programa de mejoramiento de trigo de primavera, y Julio Huerta, patólogo experto en royas, seleccionan los caracteres con mayor potencial y aptos para cerca del 60% de la superficie dedicada a la siembra de trigo en el mundo en desarrollo, en diversas condiciones climáticas y medioambientales, así como la amenaza de enfermedades y plagas.
Su conocimiento del proceso de selección ha ido creciendo a lo largo de cerca de cuatro décadas de investigación, que empezó cuando trabajaban con Sanjaya Rajaram, el receptor del Premio Mundial de Alimentación 2014, en las estaciones del CIMMYT en El Batán, Obregón y Toluca.

“Como maestro, el Dr. Rajaram utilizaba el método socrático de cuestionamiento para que los jóvenes científicos observaran, practicaran y aprendieran de lo que veían en los trigales”, relata Huerta.

Inspirado por lo que llama la «libertad de florecer», mediante el proceso de hacer preguntas y recibir respuestas que lo inspiró, desarrolló la habilidad de hacer selección y eliminación visual en el programa de mejoramiento. Esta habilidad le permitió convertirse en uno de los dos curadores de trigo más reconocidos en el mundo.

Al paso del tiempo, Huerta y Singh pusieron a prueba la teoría de mejorar trigo en los campos para ayudar a crear un método de régimen aplicado por el cual las «leyes» de la ciencia son evaluadas en la práctica, en los campos, en todo el planeta. Con este trabajo aumentó su capacidad de producir el germoplasma que se distribuye a los sistemas nacionales de investigación agrícola (SNIA).

“Producimos una serie de germoplasma que se manda a todo el mundo», señala Singh. Singh dice: “Sin embargo, a medida que tomamos decisiones para distribuir los materiales, evaluamos los sitios donde se sembrará la semilla antes de seleccionar los caracteres apropiados y aptos para contextos específicos, como calor o heladas al principio del ciclo”.
Después de que reciben germoplasma del CIMMYT, los SNIA establecen viveros para evaluar los mejores materiales y adaptar las variedades recomendadas a su propio entorno.
La labor de Singh y Huerta es decisiva en cuanto a los beneficios que obtienen los agricultores en sus campos, y al mismo tiempo, contribuyen al fortalecimiento de la seguridad alimentaria porque la productividad del trigo aumenta. Una parte vital de este trabajo incluye remplazar las variedades susceptibles a enfermedades por variedades con resistencia durable.

Desde hace muchos años, el CIMMYT ha trabajado con cientos de organizaciones colaboradoras y miles de personas; la Red Internacional de Mejoramiento de Trigo del centro ha mandado semilla a 121 países.