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Grandes sacrificios para acabar con la necrosis letal del maíz en Kenia

Wandera Ojanji

Kenya2

La comunidad agrícola cercana a la estación experimental Kiboko, en el poblado de Makueni, decidió no sembrar maíz durante dos meses para ayudar a contener la propagación de la necrosis letal del maíz (Maize Letal Necrosis, MLN). Esta decisión repercute en la vida de los agricultores cuyo sustento e ingresos dependen del maíz e implica también un sacrificio por parte de los científicos del CIMMYT y del Instituto Keniano de Investigación Agrícola (KARI).

Los grupos llegaron a este acuerdo el 1 de octubre, en una junta que tuvieron en la estación para definir acciones destinadas a controlar la enfermedad en la zona. Los dos meses en los que no se sembrará maíz serán marzo y abril de 2014, que son críticos para interrumpir el ciclo de la enfermedad y reducir la población de vectores. Por tanto, según lo acordado, la siembra se realizará el 15 de octubre y la cosecha el 29 de febrero.

A los presentes se les proporcionó información sobre la enfermedad, cómo identificar sus síntomas y planes para su control en la zona. La junta fue organizada por Stephen Mugo, científico principal del Programa Global de Maíz. Mugo es mejorador de maíz y también coordinador de los proyectos Maíz resistente a insectos para África (IRMA) y Maíz que hace un uso más eficiente del agua para África (WEMA), que se ejecutan en colaboración con el KARI y el Ministerio de Agricultura. En la junta hubo más de 100 asistentes, incluidos funcionarios de la administración de la población local, líderes comunitarios, personal de agricultura de Makueni, agricultores de Kiboko y científicos del CIMMYT y del KARI.

George Mahuku, patólogo de maíz del CIMMYT, explicó a la audiencia cuál es la combinación de factores necesarios para el desarrollo de la MLN: la presencia de virus transmisores de la enfermedad, como el virus del moteado clorótico del maíz (MCMV) y otros virus de los cereales, o cuando varios virus infectan simultáneamente a las plantas; la presencia de áfidos, trips u otros insectos transmisores de virus; el uso de variedades de maíz susceptibles a enfermedades; y un ambiente propicio para el desarrollo de vectores y de la enfermedad.

Mahuku explicó asimismo cuáles son los síntomas más comunes de la MLN: clorosis o moteado de las hojas; mazorcas que no se desarrollan; enanismo y/o mazorcas con puntos irregulares; necrosis de la espiga y escasa producción de polen; mazorcas arrugadas con poco grano. Algunos agricultores de la zona mencionaron que han visto plantas con síntomas similares en sus sembradíos.

Para responder a las preguntas sobre el origen de la enfermedad, la patóloga del KARI Anne Wangai dijo que los primeros reportes recibidos provenían de la localidad keniana de Bomet, donde los agricultores le dieron el nombre de Koroito o “plaga”. Rápidamente se propagó a las localidades vecinas. “En todos estos lugares fue un fenómeno repentino, inexplicable, sin razón alguna, pero que estaba generando efectos devastadores en la productividad del maíz, cuyas pérdidas oscilaban entre 30 y 100% cuando la infección era grave”, según Wangai.

Para evitar que la plaga llegue a Kiboko, Wangai pidió a los participantes que sigan las indicaciones del Ministerio de Agricultura, del CIMMYT y del KARI. Las técnicas de prevención incluyen rotación de cultivos para interrumpir el ciclo de la enfermedad; no sembrar en campos donde se haya detectado infección, o que estén cerca; y mantener las parcelas libres de malezas, en particular de pasto, para eliminar otros hospedantes de potenciales vectores. Mugo, por su parte, dijo que la prevención resulta demasiado costosa para los agricultores a pequeña escala.

En sus palabras finales, Michael Kitenje, funcionario de extensión de agricultura y ganadería del distrito de Makueni, hizo un llamado a la unidad y la cooperación de los agricultores y otras partes interesadas para cumplir con el periodo establecido para no sembrar maíz. “Si nos lo proponemos, venceremos a la enfermedad. Si no, estaremos perdidos”, pronunció Kitenje, instando a los presentes a difundir el mensaje. “Si llegan a encontrar renuencia, hagan labor de convencimiento con aquellos que quizá no alcanzan a comprender la magnitud del problema y háganles entender que para controlar la MLN en Kiboko necesitamos que toda la comunidad participe.”