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El DTMA aborda los asuntos de género

La semana pasada, el proyecto Maíz tolerante a sequía para África (DTMA) recibió en sus oficinas de Etiopía y Kenia a Diana Pritchard, la asesora en asuntos de género. En Etiopía, Diana se reunió con personal del proyecto del CIMMYT. En Kenia asistió a un día de demostración organizado por One Acre Farm en Kendu Bay, provincia de Nyanza. También visitó la estación experimental del Instituto Keniano de Investigación Agrícola (KARI) en Katumami, Dryland Seeds Limited y cuatro grupos de agricultores en los distritos de Machakos y Makueni en la provincia oriental de Kenia.

Diana fue contratada para que hacer recomendaciones con respecto a lo que se puede hacer para incorporar un enfoque de género mediante las actividades del proyecto que realizan el CIMMYT y sus colaboradores. Para hacer que el proyecto tome en cuenta cuestiones de género, Diana hará recomendaciones de cómo, mediante sus actividades y las de sus colaboradores, pueden contribuir a mejorar las condiciones de vida de las mujeres y que, a la vez, esto contribuya a habilitarlas sin que les afecte de manera negativa.

Si bien Diana enfatizó el hecho de que el trabajo que estaba haciendo todavía estaba en proceso, señaló los puntos fuertes del proyecto DTMA, según su evaluación: “El DTMA y todo el personal que participa en el proyecto reconocen la necesidad de hacer esto, porque la percepción general es que aproximadamente el 70% del trabajo en el campo en los países de África subsahariana lo hacen las mujeres”, dice Diana. “Puesto que las mujeres juegan un papel decisivo para mantener el bienestar de los miembros de sus familias y su comunidad, entender qué efectos tienen las tecnologías de tolerancia a la sequía es fundamental para definir los impactos que producirá el DTMA en los agricultores sin recursos. Numerosos organismos, de los sectores tanto público como privado, reconocen la importancia de las mujeres en los sistemas de producción agrícola”, apuntó.

Diana dice que existe una diferencia cualitativa entre la información de “diferencia de sexo” y la información que se añade al género. Mientras que la primera plantea que existen diferencias, por ejemplo, en la variedad de preferencias entre hombres y mujeres o en las diferentes tasas de adopción, es importante ir más allá de esta diferenciación y determinar porqué ocurre. Esto incluye analizar las cuestiones subyacentes en el diferente acceso que tienen los hombres y las mujeres a recursos como el dinero y los bienes.

De modo que ¿a qué se refiere exactamente el análisis de género? “Cuando se lleva a cabo análisis de género, se consideran las relaciones de poder dentro de las familias con respecto a los hombres, las mujeres, los niños y las personas mayores, en un intento por identificar y explicar las razones por las cuales se dan diferentes respuestas a la adopción de tecnologías y la forma en que diferentes tecnologías pueden afectar a los diferentes grupos.” Al mismo tiempo, para esto es necesario adoptar métodos que permitan a los investigadores identificar de manera eficaz tanto los retos como las limitaciones específicos que impiden a las mujeres tener mayor acceso a bienes y recursos y qué les impide generar ingresos por medio de la agricultura. Varios métodos, incluyendo grupos focales, investigación participativa y toma de decisiones, podrían en conjunto contribuir a garantizar que los resultados de la investigación reflejen fielmente la realidad de las mujeres, sus perspectivas e intereses. La experta sobre género identificó diferentes obstáculos que se dan en diferentes niveles: De esta manera, los métodos cualitativos podrían complementarse con los datos cuantitativos y podríamos obtener una interpretación coherente de los datos que reflejan la realidad de las mujeres sin recursos.

La consultora en género identificó diferentes obstáculos a diferentes niveles. “Las mujeres enfrentan muchos obstáculos, tales como las limitaciones culturales que influyen en su acceso al os recursos. Estas normas culturales restringen su participación más activa o su habilidad para exigir un mayor control sobre la toma de decisiones y los recursos”, dijo. Las normas culturales pueden también institucionalizarse y dar como resultado que las mujeres tengan poco acceso a recursos financieros, créditos e importantes insumos, lo cual afecta su potencial para producir buenos rendimientos y garantizar la producción de alimentos de las familias rurales.

Durante sus reuniones con varios grupos de agricultores, integrados principalmente por mujeres, Diana se enteró de los beneficios que han obtenido al organizarse y superar así, entre todos, los retos que enfrentan. Le contaron que trabajar en grupo les ha dado la oportunidad de ampliar sus conocimientos mediante la información que les comparten otros agricultores y los agentes de extensión. Esto también les ha permitido reunir los limitados recursos de mano de obra para hacer labranza, sembrar, desyerbar y construir terrazas. “Las mujeres se están organizando por todo el continente y están tratando de superar sus limitaciones”, comentó Diana. También observó que el CIMMYT, gracias al proyecto DTMA y otras instituciones del sector público, así como empresas privadas, están logrando que este segmento de la población participe de diversas maneras.

Después de dos décadas desde su última visita a Kenia, Diana se sorprendió de cómo ha cambiado el paisaje del país, lo cual refleja el incremento de la explosión demográfica y la intensificación de la agricultura, y en especial del amplio uso de las terrazas: una práctica agrícola que se ha adoptado para evitar el desgaste del suelo y conservar la humedad.

Una vez terminada su consultoría, Diana dará un reporte completo al personal del proyecto DTMA.