EL BATÁN, México (CIMMYT)–El acceso a datos genéticos puede revolucionar las asociaciones colaborativas de investigación y generar grandes beneficios para los fitomejoradores que tratan de ayudar a los pequeños productores a aumentar sus rendimientos, opina el genetista argentino César Petroli.
Petroli, originario de Reconquista, ciudad del nordeste de la provincia de Santa Fe, Argentina, trabaja con el programa MasAgro del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y es patrocinado por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA). Petroli empezó a interesarse en la genética a mediados de la década de los noventa, cuando ésta era un área relativamente nueva en Argentina y la Universidad Nacional de Misiones era la única en el país que ofrecía esta carrera. Al principio, Petroli se concentró en la genética de reses y ovejas, lo cual le permitió incursionar en el uso de marcadores moleculares y conocer en mayor detalle las características genéticas de un organismo.
Su interés en los datos y la fitogenética se intensificó cuando era estudiante. Mientras estudiaba su doctorado en la Universidad de Brasilia, en colaboración con EMBRAPA (Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria de Brasil), Petroli empezó a trabajar en el eucalipto con la empresa australiana Diversity Arrays Technology (DArT) que se especializa en la creación de tecnologías para perfilar genomas completos.
En aquel tiempo, el CIMMYT planeaba crear lo que posteriormente se convirtió en el Servicio de Análisis Genético para la Agricultura (SAGA) que utiliza una plataforma basada en el método DArT. Petroli era el indicado para ese trabajo, pues tenía experiencia no solo en secuenciación y en generar perfiles genéticos de ADN a bajo costo, sino también en aplicar vastas cantidades de datos a la investigación, sobre todo, del eucalipto.
La base de las operaciones del laboratorio de SAGA es el sistema secuenciador Illumina HiSeq 2500, uno de los únicos tres que hay en México, donde se encuentra la sede del CIMMYT. Petroli y su equipo de trabajo tienen la capacidad de determinar la configuración genética de hasta 2,500 muestras de maíz a la semana, tanto para el CIMMYT como para sus colaboradores, y generan vastas cantidades de datos en el proceso.
“Determinamos la configuración genética de variedades y colecciones de maíz y de trigo”, refiere Petroli. “Esto ayuda a los mejoradores de maíz a identificar en el ADN patrones que están asociados con características como la tolerancia al calor y la sequía; estos patrones o indicadores moleculares se pueden utilizar para seleccionar los mejores materiales de mejoramiento”, agrega, y explica que las variedades tolerantes al calor y la sequía no solo ayudan a los agricultores hoy en día, sino que también podrían mitigar los futuros riesgos para la seguridad alimentaria mundial derivados de los impactos del cambio climático.
Las enormes cantidades de datos que se generan cuando se perfilan genéticamente miles de muestras de maíz y de trigo ofrecen la oportunidad de realizar exploraciones científicas y crear sinergias; mientras un equipo explora la tolerancia al calor y la sequía, otro puede utilizar los mismos datos de perfilación genética de ADN para explorar otras características como la resistencia a enfermedades.
“Compartir datos para que los utilicen los mejoradores amplía la colaboración y maximiza los beneficios para los agricultores de pequeña escala”, explica Petroli, al tiempo que manifiesta su entusiasmo por poner los datos en el dominio público. “El acceso a los datos aumenta el impacto de nuestra investigación y permite a la comunidad internacional aprovechar el cúmulo de conocimientos que generamos.”
En los primeros seis años de MasAgro, se han puesto a la disposición más de 2000 millones de datos genotípicos en las plataformas Germinate y Dataverse. El trabajo de Petroli forma parte de las iniciativas a mayor escala del CIMMYT dirigidas a estudiar y caracterizar la diversidad genética para que la aprovechen los programas fitotécnicos.
