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Centros de investigación etíopes y evaluación de ensayos en finca

Johnson Siamachira y Hae Koo Kim

Los ensayos exploratorios en finca realizados muestran una alta tasa de adopción de tecnologías por parte de los agricultores. Aquí, un agricultor del distrito de Badawacho, muy contento con el intercultivo de maíz y soya con labranza mínima, ya que reduce el ataque de plagas. Los ensayos exploratorios en finca realizados muestran una alta tasa de adopción de tecnologías por parte de los agricultores. Aquí, un agricultor del distrito de Badawacho, muy contento con el intercultivo de maíz y soya con labranza mínima, ya que reduce el ataque de plagas.
Los ensayos exploratorios en finca realizados muestran una alta tasa de adopción de tecnologías por parte de los agricultores. Aquí, un agricultor del distrito de Badawacho, muy contento con el intercultivo de maíz y soya con labranza mínima, ya que reduce el ataque de plagas.
Foto: Hae Koo Kim/CIMMYT

Del 15 al 22 de septiembre, SIMLESA hizo una evaluación de sus actividades en estación y en el campo de agricultura de conservación (AC) en Etiopía.

El proyecto SIMLESA, que se implementó por primera vez en 2010 en colaboración con el Instituto Etíope de Investigación Agrícola (EIAR) y ocho de sus centros de investigación federales y regionales, abarca 17 distritos en diferentes zonas agroecológicas. La evaluación se realizó como preparación para hacer recomendaciones para la segunda fase del proyecto SIMLESA. Socioeconomistas del CIMMYT (Paswel Marenya, Moti Jaleta y Adam Bekele); agrónomos (Hae Koo Kim, Stuart Irvine-Brown y Joe Eyre); y mejoradores (Dagne Wegary y Alemeshet Lemma), del EIAR y de la Alianza Queensland de Innovación Agrícola y Alimentación (QAAFI), evaluaron los diferentes sistemas de producción maíz-leguminoss y forraje y piensos en el noroeste de Etiopía (distritos de Achefer del Sur, Jabitenan y Pawe), en la zona occidental subhúmeda (Bako), en el oriente de Etiopía (Jijiga y Gursum) y en la zonas centro y sur del Valle del Rift (Melkassa, Meki, Adami Tulu, Hawassa, Boricha y Locakabaya).

En general, en los ensayos de exploración en estaciones experimentales y en parcelas que se realizaron durante la fase 1 se muestran tecnologías útiles que han adoptado algunos agricultores. Sin embargo, el esfuerzo concertado y la capacitación continua de los agentes de extensión e instituciones de investigación del sector público son factores críticos para que SIMLESA produzca impactos a largo plazo. Documentar más las actividades, los casos de éxito y las visitas de intercambio con otros agricultores puede ayudar a promover la participación agricultor-agricultor y el intercambio de información. Aunque ésta no fue una evaluación completa, los científicos monitorearon el progreso de las actividades en los diferentes sitios.

La agricultora Senbele Dalelo (izq.) y su familia en su parcela de 0.25 hectáreas en el distrito de Pawe, en la zona noroccidental de Etiopía. Senbele dice que con las prácticas de la AC esta vez no hubo Striga en su parcela.  Foto: Hae Koo Kim/CIMMYT
La agricultora Senbele Dalelo (izq.) y su familia en su parcela de 0.25 hectáreas en el distrito de Pawe, en la zona noroccidental de Etiopía. Senbele dice que con las prácticas de la AC esta vez no hubo Striga en su parcela.
Foto: Hae Koo Kim/CIMMYT

Los ensayos exploratorios en finca se han estado realizando de tres a cuatro ciclos, y a la tecnología de la AC se le ha calificado como “robusta” en varias agroecologías. En sitios donde hay mucha competencia agro-pecuaria, las nuevas variedades de forraje/piensos pueden dar más soluciones para difundir las tecnologías de la AC. En Pawe, los agricultores estaban muy contentos con el intercultivo maíz-soya con labranza mínima, ya que observaron que disminuyó mucho la presencia de la hierba parásita Striga. En Bako, unos 450 agricultores de cinco distritos participan en actividades preliminares para escalar la rotación e intercultivo de maíz-alubias, además de maíz-soya, como intercultivo y en rotación.

En algunas poblaciones, la implementación de actividades de AC como paquete completo ha sido difícil, por cuestiones de anegamiento, plagas de termitas y control de malezas. En particular, investigadores y agentes de extensión expresaron la necesidad de que se revisen los paquetes de AC, a fin de que incluyan métodos avanzados para hacer un mejor control de malezas y manejo de residuos.

Incluso en zonas relativamente remotas, como Pawe y Jijiga, el equipo a cargo de la evaluación observó que hay investigadores jóvenes y comprometidos que cuentan con infraestructura. Notaron asimismo que los agricultores son colaboradores muy comprometidos y adaptan las tecnologías de acuerdo con sus variedades y técnicas favoritas. El equipo que hizo la evaluación recomendó la producción local de diferente semilla de maíz, leguminosas y forrajes, para que haya reservas y puedan utilizarlas otros colaboradores durante la siguiente fase. En la zona sur del Valle del Rift, fue evidente el uso de las tecnologías de SIMLESA, es decir, intercultivo de maíz-frijol gandul (frijol de palo) o cultivos nuevos para forraje con labranza mínima. Entre las tecnologías que aplican los agricultores había también cultivo de alubias, retención de residuos y rotación de pasturas.

En la siguiente fase, los pequeños agricultores aprenderán a considerar la agricultura como una empresa familiar, se beneficiarán de la elevada productividad de sus campos y garantizarán su seguridad alimentaria. Al asistir a la junta de planeación de SIMLESA II en Etiopia, a finales de septiembre, los integrantes del equipo destacaron que la creación de sistemas de producción maíz-leguminosas con las prácticas de la AC es una intervención muy relevante para reducir la vulnerabilidad y la inseguridad alimentaria.