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¿Ayudan a los agricultores los teléfonos celulares?

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Los teléfonos móviles o celulares prometen nuevas oportunidades de llevar a información a los agricultores, pero ¿está aprovechándose todo su potencial? Las economistas Surabhi Mittal del CIMMYT y Mamta Mehar del IRRI sostienen que las restricciones institucionales y de infraestructura no les permiten aprovechar todas las ventajas de esta tecnología. En la India, los proveedores de servicios de consultoría para el agro utilizan mensajes de texto y de voz, y varias aplicaciones de telefonía móvil, para hacer llegar a sus clientes información climatológica, precios de mercado, disposiciones, programas gubernamentales y nuevas tecnologías. Algunos proveedores, como IKSL, atienden a más de 1.3 millones de agricultores en 18 estados de la India. Pero ¿cuál es el impacto real de esos servicios? ¿Los mensajes llegan en el momento adecuado? ¿Despiertan interés? ¿Potencian la capacidad de los agricultores para tomar decisiones acertadas? ¿Son pertinentes en el contexto en que trabaja cada uno? Mittal y Mehar creen que todavía queda mucho por hacer. Aunque los agricultores reciben información a través de sus teléfonos, suele ser información general que no corresponde al lugar donde trabajan ni a sus cultivos, y, por tanto, información que no pueden utilizar eficazmente.

En 2011, el CIMMYT hizo una encuesta entre 1,200 agricultores de las Llanuras Indogangéticas; los resultados revelaron que aquellos necesitaban información sobre el control de plagas y cuáles variedades se adaptan mejor a las variaciones climáticas; en cambio, recibieron recomendaciones para el uso de insumos y variedades en general. Para poder proporcionar la información que los agricultores realmente necesitan deberán crearse bases de datos dinámicas con la superficie de terreno, patrones de cultivo, tipo de suelo, ubicación geográfica, tipo de insumos que utilizan, variedades que siembran y riego. La sostenibilidad es otro problema. Para los proyectos de asesoría se necesita ayuda financiera continua, ya que cuando el dinero se acaba, el proyecto se suspende y la gente se queda de nuevo sin información; se sienten defraudados y desconfiarán si es que hay otros proyectos en el futuro. Es necesario evaluar si los agricultores están dispuestos a pagar por estos servicios y formular modelos de negocios sustentables, señalan Mittal y Mehar. Además, hay pruebas de que los beneficios de los servicios de telefonía móvil no están llegando a los más necesitados, ya que éstos no tienen acceso a la tecnología pese a la facilidad con que se consigue hoy en día.
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Los principales beneficiarios de la revolución de la telefonía móvil son aquellos que pueden adquirirla, saben cómo usarla y cuentan con infraestructura; los menos favorecidos van quedándose más y más rezagados. Entonces, ¿qué se puede hacer? Los proveedores de servicios de asesoría necesitan crear contenido específico, apropiado y oportuno, y actualizarlo tan seguido como sea necesario. Sin embargo, esto no puede lograrse sin hacer un análisis a fondo de las necesidades de los agricultores, y evaluarlas constantemente. Para asegurarse de que la información que se proporciona sea rápida y veraz, se necesita un canal de comunicación bidireccional; Mittal y Mehar sugieren crear un servicio telefónico de ayuda al que los agricultores puedan recurrir para obtener soluciones personalizadas, opinar o hacer comentarios. El suministro de información debe ser guiado por la demanda y no impulsado por la oferta. Sin embargo, incluso cuando todo esto se lleve a la práctica, debemos recordar que el hecho de que reciban mensajes en su teléfono no implica que los agricultores empezarán a utilizar la información de inmediato. Los servicios tendrán que complementarse con demostraciones del potencial de las tecnologías en el campo y con ensayos. Si quiere más información, le invitamos a que lea el artículo completo en el sitio web de AESA. Este trabajo está basado en un estudio que realiza el Programa de Socioeconomía del CIMMYT con el patrocinio de CCAFS.