1. Home >
  2. Noticias >
  3. Las camas anchas y el ahorro de agua en la agricultura

Las camas anchas y el ahorro de agua en la agricultura

Productores queretanos que participan en el proyecto Cultivando un México Mejor están implementando camas anchas para optimizar el uso de agua en sus parcelas. Los resultados son favorables para el medioambiente. 

Querétaro, Qro.- Si se considera que la agricultura ocupa el 70% del agua que se extrae en el mundo y que este recurso con frecuencia se desperdicia durante la producción de alimentos, entonces el uso o la implementación de cualquier práctica o tecnología que permita un ahorro de agua es fundamental y necesita difundirse. 

El proyecto Cultivando un México Mejor, de HEINEKEN México y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), privilegia el ahorro en el cultivo de cebada a través de prácticas de Agricultura Sustentable como una opción a prácticas inadecuadas que desperdician el agua disponible (como los riegos convencionales que prácticamente inundan las tierras de cultivo de forma innecesaria). 

Un sistema de ahorro importante de agua es la instalación del riego por goteo; sin embargo, no todos los productores pueden tener acceso a él y por eso se promueve el uso de camas permanentes anchas como una alternativa viable para optimizar el consumo de agua (aprovechando que los suelos de los productores de Querétaro que participan en el proyecto permiten que el agua se trasmine bien). 

Las camas anchas son surcos que forman largas hileras y que permiten distribuir de forma más homogénea el agua —los cultivos son plantados en la parte elevada—. Su uso tiene múltiples ventajas, entre ellas está que se puede controlar mejor el tráfico de la maquinaria a la hora de realizar alguna aplicación (además de esta manera las máquinas no dañan tanta planta como lo hacen cuando la cobertura es total) y, lo más importante en el contexto del cuidado del agua, es que las camas anchas permiten tener ahorros de agua considerables. 

Las camas anchas simulan un riego terciado, de manera que el agua trasmina a lo ancho de la cama y permite llegar a la capacidad de campo del suelo —contenido de agua que se retiene en un suelo después de ser saturado con agua— sin inundar la parcela y logrando en menor tiempo regar adecuadamente.

Otra ventaja es que se usa menos combustible para trazar las camas (ya que se utiliza menos al tractor), por lo que se disminuyen las emisiones de CO2 y los gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático.

Las camas anchas se logran al solo levantar los fondos del surco de los extremos. Es decir que, con la cultivadora y/o reformadora, solo se levanta la reja de en medio y se deja la de los extremos. Esto, consecuentemente, trazará la cama dependiendo del ancho de la trocha del tractor, lo cual puede ser de 1.5 a 1.6 metros de ancho.

Esta técnica de trazado de camas se promueve a través de recorridos de campo y, actualmente por la pandemia, a través de videos cortos y fotografías ilustrativas. Afortunadamente varios productores queretanos están adoptando el uso de camas anchas para el cultivo de maíz, contribuyendo así a la conservación del medio ambiente.