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Conocer las propiedades del suelo, el inicio de una agricultura sustentable

A través de la iniciativa AgriLAC Resiliente se están realizando diagnósticos de parcela en Honduras, como parte de un proceso para definir las mejores prácticas y tecnologías para implementarse con los productores locales.

Análisis de parcela en el InnovaHub Oriente de Honduras. (Foto: Olvine Amador)
Análisis de parcela en el InnovaHub Oriente de Honduras. (Foto: Olvine Amador)

La conductividad eléctrica es un parámetro importante que brinda información para determinar el estado de los suelos y la calidad de los cultivos. Esta medida cuantifica la capacidad de un suelo para conducir corriente eléctrica, y se expresa en decisiemens por metro (ds/m). La relación entre la conductividad eléctrica y el contenido de sales en el suelo es de gran relevancia en la agricultura.

Todas las tierras agrícolas contienen ciertas cantidades de sales, las cuales son esenciales para el desarrollo de las plantas. Sin embargo, un exceso de sales puede resultar perjudicial, inhibiendo el crecimiento de los cultivos.

Siendo la conductividad eléctrica un indicador químico de calidad del suelo, esta medida es de vital importancia en el contexto agronómico y puede proporcionar información valiosa sobre la fertilidad y la capacidad de un suelo para soportar el crecimiento de los cultivos.

Medición del contenido de sales y la conductividad eléctrica en parcelas con y sin cobertura vegetal. El Paraíso, Honduras. (Foto: Olvine Amador)
Medición del contenido de sales y la conductividad eléctrica en parcelas con y sin cobertura vegetal. El Paraíso, Honduras. (Foto: Olvine Amador)

Así, la medición de la conductividad eléctrica es esencial porque revela la capacidad del suelo para conducir corriente eléctrica, lo que refleja directamente la cantidad de sales solubles presentes en la solución del suelo. Valores más altos de conductividad eléctrica indican una mayor concentración de sales, lo que puede ser perjudicial para los cultivos.

Los valores de conductividad eléctrica se interpretan de la siguiente manera:

  • Menos de 2 ds/m: Suelo ideal para la producción de diversos cultivos.
  • Entre 2 y 4 ds/m: Suelo ligeramente salino, lo que puede afectar el rendimiento de ciertos cultivos sensibles.
  • Entre 4 y 6 ds/m: Suelo moderadamente salino, con efectos adversos en la mayoría de los cultivos.
  • Entre 6 y 8 ds/m: Suelo salino, donde el rendimiento de la mayoría de los cultivos se ve afectado.
  • Entre 8 y 12 ds/m: Suelo muy salino, difícil de explotar en estas condiciones y requiere un tratamiento de lavado.
  • 12 ds/m o más: Suelo extremadamente salino, donde el crecimiento de cultivos es prácticamente imposible sin un lavado utilizando agua baja en sales.

En el marco de la iniciativa AgriLAC Resiliente, la Asociación Regional de Servicios Agropecuarios de Oriente (Arsagro) ha implementado diagnósticos de parcela en el departamento de El Paraíso, Honduras. Estos diagnósticos incluyen la medición de la conductividad eléctrica de los suelos, y son parte de la capacitación brindada a técnicos que trabajan en la iniciativa. Cada técnico atiende a 20 productores en 25 comunidades de cuatro municipios. Esta medición es esencial para definir estrategias agrícolas efectivas y sostenibles.

Edy Rafael López, técnico del InnovaHub Oriente de Honduras, establecido en el marco de AgriLAC Resiliente, destaca la importancia de esta capacitación: “Los técnicos hemos sido entrenados en el uso de equipos esenciales para la realización de diagnósticos de parcela, incluyendo el medidor de pH, el penetrómetro, equipo para medir la infiltración de agua, la medición de porcentaje de cobertura y el medidor de conductividad eléctrica”.

La medición precisa de la conductividad eléctrica es un paso crucial para promover una agricultura más sostenible y resistente, y gracias a estas iniciativas, Honduras avanza hacia un futuro agrícola más saludable y productivo.

AgriLAC Resiliente es una iniciativa del CGIAR —consorcio de centros de investigación internacionales del cual forman parte el CIAT, el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés), el Instituto Internacional de la Papa (CIP), de Perú, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), de México, entre otros— para transformar los sistemas agroalimentarios en América Latina y el Caribe. Su objetivo es aumentar la resiliencia, los servicios ecosistémicos y la competitividad de estos sistemas de la región.